ISBN 0124-0854
N º 197 Abril de 2013
—¡ Pero, hijo!— vuelve la madre lacerándose en la pregunta—, ¿ en qué forma obtuviste el dinero?
Él la mira fijamente.
Fe de erratas
Presentamos disculpas a los lectores y a nuestra colaboradora Ana Cristina Vélez Caicedo por la inversión de los pies de las imágenes incluidas en su artículo Por qué es bueno ser escépticos( Agenda Cultural Alma Máter, nro. 196, marzo de 2013, pp. 11 y 15). He aquí la información correcta:
— Madre— dice en tono que no admite elasticidad del sentido exacto, macizo, inapelable—: Jamás me pregunte cómo fue el milagro.
Y vuelve a su trabajo con movimiento de manos acompasado, preciso, lleno de dolorosa seguridad. Sólo oye las horas de su pecho, y— a las cinco de la madrugada— la chillona voz del sacristán, cuyo eco se reproduce progresivamente en honda caverna y le habla con insistencia de péndulo:
En el observatorio astronómico de Monte Palomar se ha hecho astronomía con consecuencias, se ha hecho ciencia que permite hacer predicciones astronómicas.
Domo del Observatorio Palomar, San Diego, California, tomada de Wikisource, de uso libre
—¡ Han robado la alcancía de San Rafael! ¡ Han robado la alcancía de San Rafael!
Sereno por fuera, hecho un alarido por dentro, Juan Montiel sabe únicamente que su vida de hombre ha comenzado.
Maracaibo, abril de 1951.
Este cuento hace parte de Cuentos de zona tórrida, Medellín, Biblioteca Pública Piloto- Concejo de Medellín, 2000, pp. 65-72.
La ubicación de las edificaciones mayas fue definida con objetivos prácticos y rituales. Se consideran la posición del sol y de los planetas en el horizonte para demarcar el principio de la época de lluvias, que se inicia en mayo, sin precisión, unos días después del cruce del sol por el cenit. Orientar estos edificios a los eventos astronómicos permitía hacer celebraciones ritualistas a los dioses.
Observatorio maya El caracol, Chichen Itzá, México. Creative Commons para distribuir, compartir de igual modo, usar y publicar atribuyendo los debidos créditos