ISBN 0124-0854
N º 197 Abril de 2013
La literatura de Manuel es , como él , culta , parte de su individualidad y de la buena literatura de muchos tiempos y lugares , como toda la que tiene calidad . Los libros de Manuel no están limitados a la antioqueñidad , a la colombianidad , a la latinoamericanidad ni a ningún ámbito estrecho que pudiera calificarlos de locales , de parroquiales , de menores . La obra de Manuel es seria , impecablemente escrita , original , sabia , bella , universal ; es una obra , además , reconocida en Antioquia , en Colombia , en América y en Europa ( cuando García Márquez le iba a presentar a Manuel a Juan Rulfo en su casa en México , Rulfo protestó : cómo me va a presentar al maestro Mejía Vallejo si yo lo conozco mucho y he leído sus novelas y sus cuentos , y sé que es uno de los mejores escritores latinoamericanos ). Para ello Manuel no hizo nada , no cambió su actitud para ganar la amistad de los editores , no movió un solo resorte para ser mejor publicado , no intentó zalamería ni soborno para ganar los premios que ganó ( muchos e importantes ), no aceptó ninguna presión , no cedió un milímetro de su terreno , no acentuó su rebeldía . La obra de Manuel es importante porque los lectores de esos mundos han encontrado en ella la palabra ocupada por el sentido y han percibido que esa palabra le
dice al hombre en su soledad verdades de la vida que le interesan , que lo conmueven , que le muestran mundos que han sido , son o podrían ser , viaja por ellos como en un sueño . ¡ Y su palabra ! Manuel tenía una voz varonil ambientada por un acento profundamente antioqueño que ningún contagio matizó ni , menos , deformó , a pesar de que vivió mucho tiempo fuera de su tierra . Su castellano era perfecto , rico y culto , pero en la conversación corriente usaba el lenguaje coloquial de todos sin ninguna ostentación . Las palabras se le apeñuscaban en la lengua , se atropellaban , no cabían juntas en una misma expresión , en una misma idea , pero todas eran perfectamente escuchables e identificables , como si cada una estuviera particularmente coloreada . Tardé mucho en entender eso porque lo primero que se percibía era casi un tartamudeo , y sin embargo se le entendía todo lo que decía . Hablaba a un volumen un poco alto , sin ser como un sordo , y lo subía y lo bajaba de acuerdo con su código secreto dictado por las necesidades de la conversación , a medida que esta se producía ; su cara , sus manos y su tronco hablaban con su lengua en un coro polifónico , y el resultado era una expresión total , bulliciosa , acaparadora de la atención , deliciosa .