Agenda Cultural UdeA - Año 2012 OCTUBRE | Page 14

ISSN 0124-0854
N º 192 Octubre de 2012
intuición , tacto y sutileza ; perciba cómo experimenta cada quien esta particular situación de encuentro . Preste atención a los sentimientos , no sólo a las ideas .
Santiago Cárdenas , Gancho , 1975 , óleo sobre lino , 76,3 x 96,7 cm ,
Galería Alonso Garcés , Bogotá
valoraciones y acciones . Y así estimamos como positivas , “ razonables ” se podría decir , ciertas emociones : la alegría por el bien ajeno , el
asombro de descubrir ; como menos positivas , otras : experimentar resentimiento , ira o frustración , aunque dependiendo del motivo que las desencadena , las encontramos más o menos pertinentes ; y como lesivas o fatales , otras más : el odio , el deseo de venganza . Por eso , en muchas ocasiones , el primer paso de la argumentación , lo que la hace posible , será una labor de reconocimiento , expresión y reparación de “ nudos ” emocionales y tejidos de relación descuidados o estropeados .
Deberíamos pensar entonces que , no la ausencia de emociones , sino ciertos estados emocionales nos hacen ecuánimes e imparciales al momento de argumentar : empatía e interés , confianza y compromiso , persistencia y esperanza . Las
emociones son el soporte del flujo
comunicativo en el diálogo . Proceda con
5 Tejido de relación 2 . El tono moral del debate
Cuídese de evaluar moralmente al oponente , o de atribuir determinadas intenciones ( buenas o altruistas las propias , malas las del otro ). Las motivaciones humanas son ambiguas . A los seres humanos nos es difícil discernir si cuando actuamos o decimos algo — u otros hacen lo propio —, lo hacemos movidos por razones , pasiones o intereses , o en términos de mezclas más o menos confusas , más o menos temperadas , de estas tres fuerzas . Y no hay ningún “ método ” que permita “ probar ” o identificar de manera inequívoca la presencia de motivos altruistas o perversos en las personas ( lo que sí se sabe es que quien se atribuye altruismo , ya no lo tiene ): aun con las mejores intenciones , no siempre alcanzamos a controlar los efectos de nuestros actos ( no todo “ nos sale como pensábamos ”), y mucho menos el impacto que ellos tienen sobre los otros ( no todo “ se interpreta como queríamos ”). Por eso los intercambios personales y sociales están expuestos de manera constante al riesgo de