ISBN 0124-0854
N º 185 Marzo de 2012
mismo, si volvía a ser rechazado. A lo que Natalia había respondido que preferiría morir antes que mancillar su fidelidad conyugal y había salido indignada. Después de semejante confesión, Pushkin, furioso, envió a Heeckeren una carta en la cual lo comparaba con“ una vieja alcahueta” y exigió a d ‟ Anthès que respondiera como un hombre por su infamia.
casado con su hermana, únicamente para poder visitar a su verdadero amor en calidad de cuñado, sin despertar sospechas. El mismo Pushkin, en vez de felicitar a Catalina, le expresó sus condolencias y caracterizó aquel matrimonio como“ resultado de artimañas viperinas de dos canallas, unidos por el vicio”, insinuando las intrigas de d ‟ Anthès y Heeckeren, o tal vez la supuesta relación homosexual entre ambos, de la cual se hablaba en la corte. Lejos de solucionar el conflicto, la boda tan solo aplazó el trágico desenlace de aquella historia.
El 25 de enero de 1837, Pushkin recibió una carta anónima que le informaba sobre un encuentro secreto entre su esposa con d ‟ Anthès. El poeta la mostró a Natalia, exigiéndole explicaciones; ella confesó que d ‟ Anthès, con ayuda de Heeckeren, realmente la había atraído con engaño a la casa de una amiga común donde le había declarado su amor y había amenazado con suicidarse allí
El 27 de enero sucedió el fatal duelo. Herido en el vientre, Pushkin sufrió una agonía atroz, y dos días después murió entre los brazos de su amada Natalia. No la culpó de lo ocurrido, tan solo le pidió que cuidara de sus hijos y, transcurrido el plazo de luto, se volviera a casar“ con algún hombre honesto”.
Ivan Makarov, Natalia Alexandrovna Pushkina, hija de Pushkin, 1849, Museo Pushkin
La muerte de Pushkin fue para Natalia un golpe durísimo. Durante los primeros días, no hizo más que“ llorar y temblar” y, como consecuencia de aquel trastorno, sufriría fuertes espasmos musculares por el resto de su vida. A pesar de aquel estado parecido al choque, la joven viuda tuvo suficientes fuerzas para encargarse personalmente del entierro. Temeroso de que el funeral del poeta más grande de Rusia pudiera convertirse en una manifestación política, Nicolás I ordenó que el cuerpo fuera trasladado en secreto, al