ISBN 0124-0854
N º 184 Febrero de 2012
pueblo por la universalidad y la humanidad toda”.
La riqueza de géneros en la obra pushkiniana es inagotable, pero la lírica prevalece sobre todos los demás. El sentimiento que domina la poesía lírica de Pushkin, dedicada en su mayor parte a los temas del amor y de la amistad, es profundo y, a la vez, sereno y dulce:“ La misma tristeza, a pesar de su profundidad es, de alguna manera, asombrosamente serena y transparente; apacigua a los tormentos del alma y cura las heridas del corazón”( Belinski, 1959: 349).
La noble resignación ante un amor no correspondido toma la forma de dos estrofas que cada ruso sabe de memoria:
Sí, yo os amé, y en mi alma delirante Aquel amor no se extinguió quizás. Mas no tengáis temor en adelante; No quiero ya afligiros nunca más. Amé en silencio, lleno de amargura; Celoso fui, sufrí la timidez … Amé de corazón con tal ternura, Cual quiera Dios que os amen otra vez.
( 1829)
Las notas trágicas en la poesía de Pushkin se disuelven en la vigorosa sinfonía de la sensación de la totalidad de la vida. Incluso
K. Aivazovski e I. E. Repin, El adiós de Pushkin al mar, 1877, óleo sobre lienzo, Museo Pushkin.
cuando piensa en la muerte, termina saludando“ una vida joven” y“ la eterna belleza de la naturaleza”. El equilibrio y la armonía del fondo de la poesía pushkiniana se manifiesta plenamente en el poema“ Elegía”. La primera estrofa culmina con palabras de melancolía:
Es triste mi camino. Me augura esfuerzo y pena El mar intranquilo del futuro.
Pero la segunda estrofa ya introduce una nota alta:
Pero no quiero morir, amigos;