Agenda Cultural UdeA - Año 2012 MARZO | Page 12

ISBN 0124-0854
N º 185 Marzo de 2012 borrada la suposición de que d’ Anthès había sido el amante de la hermana de Ekaterina.
No obstante, en San Petersburgo no se hablaba de otra cosa sino del nombramiento como“ historiógrafo de la orden de los cornudos” que había recibido Alexander Pushkin y del inminente matrimonio de su cuñada con el hombre que hasta hace poco había sido su adversario en un duelo frustrado. Todos estaban deleitándose, los admiradores y los enemigos de Pushkin, haciendo conjeturas con esta historia, pero el ánimo de Alexander Pushkin no había quedado en paz. La historia del apresurado amor de d’ Anthès por Ekaterina sonaba, en el fondo, a una burla fabricada con inquina.
No vacilo en escribir lo que podría decir verbalmente. Fui provocado a duelo por Monsieur Heckern quien aceptó batirse conmigo, sin exigir ninguna explicación. Soy yo ahora quien solicita a los señores testigos de este asunto, consideren inexistente dicha provocación. He sabido por la opinión pública que Monsieur Heckern ha anunciado su propósito de contraer matrimonio con Madame Goncharova después del duelo. No tengo ningún motivo para atribuir a esta resolución los cálculos indignos de un hombre de honor. Pido a usted Monsieur Conde, hacer el uso que usted considere más apropiado. Añado la as exigencias mi más alta consideración.
A. Pushkin.
Pero el poeta, siendo por su educación y sus orígenes un auténtico aristócrata que sabía entregarse al desprendimiento afectivo sin límites y a la exploración sin veto de sí mismo y de sus relaciones psicológicas, un temperamento con un talento único para permanecer suspendido en lo impredecible del límite y con una empatía humana genuina para desprenderse de sí mismo, aceptó anular el duelo, solo porque su cuñada pronto sería la mujer de d’ Anthès, su oponente. Por eso, al responder al padrino de duelo de d’ Anthès, al oficial francés, en una carta escrita en francés el 17 de noviembre, Pushkin retira su demanda de duelo:
Los planes del duelo quedaron frustrados. Ahora no se buscaban padrinos para un enfrentamiento a muerte, sino padrinos para una fastuosa boda cortesana. No era para menos, los Heckern habían divulgado y hecho oficial la solicitud a la familia Goncharova de que la boda de d’ Anthès con Ekaterina se realizara después del duelo con Pushkin. El duelo había resultado el premio mayor de una lotería afortunada para la familia Goncharova: su hija era ahora la prometida del oficial más brillante de la corte de San Petersburgo y heredero de la inmensa fortuna, de los títulos y las relaciones en toda Europa del embajador de Holanda en Rusia. Parecía un cuento de hadas, pero no terminaría así.