ISBN 0124-0854
N º 189 Julio de 2012 esté en uno de los extremos no ve el centro . Es demasiado oscuro ‖. Porque quien se acerca a Andrés , debe adentrarse sincera y completamente a esa tristeza y desesperación que hay en toda su obra .
La última vez que lo vi , sí , a Andrés , fue hace un mes y medio en la Biblioteca Luis Ángel Arango : sonriente , daba la entrada a la exposición que preparó Luis Ospina sobre su vida y obra . Como ante un tesoro , con la misma emoción y delicadeza , me acerqué a sus cartas , a esa letra suya , tan sutil a veces , tan desesperada otras ; a su máquina de escribir , a sus poemas , a sus guiones de obras de teatro , a sus afiches de la época : ― Porque no se trata de ‗ sufrir me tocó a mí en esta vida ‘, sino de ‗ agúzate que te están velando ‘‖. Fue una última vez íntima . Andrés no dejó de sonreír en aquella fotografía que el Matacandelas hizo célebre . Andrés estaba tan joven como lo puede estar un muchachito de veinticinco años y seis meses . profundas heridas en las muñecas con un cuchillo después de leer ¡ Que viva la música ! Pero , como Andrés en su primer intento de suicidio , el tipo no murió ahí , por lo que utilizó sus últimas fuerzas para lanzarse desde la ventana de su habitación . Un cuarto piso , valga decir . La temible historia despertó en mí gran curiosidad que ni las bibliotecarias , ni la biblioteca de mi pueblo pudieron satisfacer , porque solo había dos libros del caleño y ninguno estaba disponible . El primero era Angelitos empantanados , que aparecía en préstamo desde hacía un año ; el segundo , Destinitos fatales , una recopilación de Sandro Romero que nadie encontró en ninguna sección aunque aparecía como disponible . Otros libros de , o sobre Caicedo , estaban desperdigados por todos los colegios públicos de Rionegro , pero no en la Biblioteca Municipal .
En medio del desánimo , la historia de búsqueda se quedó quieta por un par de años . Ese mismo
El primer encuentro
La primera vez que supe de Andrés Caicedo , yo tenía diecisiete años y estaba en el primer semestre de la universidad . En cualquier almuerzo , un compañero de clase contó la historia de un primo suicida , voraz lector del caleño . En la historia , el primo se había hecho
día encontré cualquier otro libro , ese