ISBN 0124-0854
N º 184 Febrero de 2012
Alemania . Y , además , prendado en el balneario de Margate de la forma que tenían los ingleses de entrar en el agua , copió para su país la idea británica de los carruajes que entraban al agua y desplegaban tiendas de campaña para que la gente pudiera nadar en pequeños grupos , y hasta llegó a inventar “ balnearios de aire ”, lugares donde la gente alemana correría desnuda , para dilatar sus poros y tal vez “ ventilar su mente ”.
Quiso inventar cadalsos con pararrayos . Pero no sólo se dedicó a inventar y a ser científico y a sentir nostalgia de la cultura de Londres , sino también a trabajar en escritos satíricos y ser redactor de un humilde Almanaque de bolsillo ( nadie pudo llegar a imaginar que doscientos años después se haría mundialmente famoso como escritor de aforismos , en realidad el conjunto de notas dispersas en sus cuadernos , notas descubiertas por su casero y posteriormente sancionadas con admiración por Goethe , Nietzsche , Freud , Breton , Karl Kraus y Canetti , entre otros ). Siempre espoleado por su enérgica curiosidad — es marca de la casa Lichtenberg su inmensa curiosidad por todo y su tendencia a la dispersión de su inteligencia en un permanente fisgoneo enciclopédico —, fue también un gran estudioso de las tormentas de su región y un coleccionista de descripciones de las mismas , además de sempiterno profesor de matemáticas , hipocondriaco hasta límites
insospechados ( llegó a imaginar treinta enfermedades en un solo minuto ), gran bebedor de vino , precursor del psicoanálisis y también del positivismo lógico , del neopositivismo , de la filosofía del lenguaje , del surrealismo y del existencialismo . De ahí la vigencia absoluta de sus cuadernos borradores , hoy llamados Aforismos .
En España , un año después de la edición mexicana , se publicó otra antología de los aforismos , con formidable traducción de Juan del Solar , que en su prólogo dio al mundo las primeras noticias de las posibles conexiones entre Robert Walser y Lichtenberg : “ Coinciden ambos , a siglo y medio de distancia , en la menuda idea de homenajear a un botón — Walser el de una camisa , Lichtenberg el de unos pantalones —, y agradecerle los servicios prestados con tanta fidelidad como modestia ”.
Menos es más , y un botón es casi menos que otro botón , y ya se sabe : “ La tendencia humana de interesarse en minucias ha conducido a grandes cosas ”. El estudio de las minucias le ocupó mucho tiempo a este erudito de saber fragmentado , a este hombre que fue el más agraciado de todos los jorobados de la historia ( parece , por cierto , que aprendió a escribir de espaldas a la pizarra para disimular su giba ante los alumnos ), un escritor que tendía siempre en sus textos a la abolición de las jerarquías convencionales , como lo demuestran estas