ISSN 0124-0854
N º 194 Diciembre de 2012
— Pues no faltaba más , cuando quiera marcharse la llevaré a casa en el camión , pero confío en que no quiera irse todavía .
Se inclinó hacia adelante y estudió inquieto el rostro de la mujer .
— Tengo que ir a casa de todos modos — le contestó con displicencia —, y lo mismo da ahora que luego .
— Pues no , no da lo mismo — replicó él profundamente afectado , porque ya no había duda de que su actitud era claramente hostil .
Pablo López , Sin título , 2012 , grabado 2 / 7 , 25 x 17,5 cm
La señora Perry rebañó el plato con un trozo de pan . Como no tenía costumbre de beber más que una vez cada varios años , el vino se le subía rápidamente a la cabeza .
—¿ A qué hora pasa el autobús por aquí ? — preguntó con una voz que ya era notablemente alta .
— Si realmente quiere saberlo , me puedo enterar . ¿ Hay alguna razón por la que quiera saberlo en este momento ?
— Tengo que irme a una hora conveniente para levantarme mañana temprano .
Consideró que debía mantenerla a su lado a toda costa y ganarse su simpatía . El vino contribuía a aquella agresividad repentina , porque normalmente no entraba en su carácter el hacer esfuerzo alguno para conseguir lo que pretendía . Y empezó a hablarle con rapidez y energía .
— Quiero pasar con usted una velada divertida , e incluso toda una semana — dijo , removiéndose nervioso en el banco —. Sé dónde están todos los bailes y restaurantes de carretera de todo el condado . Soy dueño de mi propio camión y nadie puede impedirme que haga fiesta cuando quiera . Hace mucho que no tengo vacaciones ; desde que me las daban en verano cuando iba al colegio . Nunca he estado mucho tiempo en ninguno de esos locales de carretera , pero conozco a los propietarios , a casi todos , porque he vivido aquí toda la vida .