ISBN 0124-0854
N º 190 Agosto de 2012
de los derechos humanos. Por sus mismas ideas, por su pensamiento político, por su convencimiento y entusiasmo contagioso, fue un líder que gozó de prestigio en la Universidad, entre sus compañeros y estudiantes, y entre sus amigos. Pero, también por su discurso y ánimo incansables, fue víctima de terribles vejámenes por parte de los poderosos que siempre han sido los menos, pero que saben cómo enmascarar su cobardía en lo más hondo y vil para que los creamos“ muchos”.
Pedro Luis Valencia Giraldo, foto de archivo Universidad de Antioquia
Supo también que algunas enfermedades, más que curarse, pueden evitarse, y que no todas pueden ser aliviadas por la medicina. Que muchas de las dolencias de los seres humanos solo logran ser solucionadas con cambios sustanciales en la política, con reformas sociales y económicas que, finalmente, permitan un beneficio directo al ser humano.
Creía que era necesario trabajar con otros y que, así como las instituciones se mejoran por dentro, el país podría mejorarse con un trabajo conjunto, uniendo fuerzas y haciendo cambios
esenciales en las condiciones de vida de las
personas. Fue militante de izquierda y defensor
En algún momento, por estar inmerso en sus prácticas sociales, Pedro Luis Valencia Giraldo creyó haber olvidado la medicina; pensaba excesivamente en la salud social y, desde este ángulo, analizó profundamente las enfermedades. Consideraba, ya desde esa época— hace más de treinta años—, el estrés como una de las principales causas de los problemas de salud de la gente: el estrés producido por la pobreza, el hambre, la ignominia, la falta de agua potable, la afrenta del incumplimiento de los fines fundamentales del Estado. Con su propio cuerpo comprobó su teoría cuando, tras haber sido encarcelado con falsas acusaciones, durante casi un año, se le volvió blanca la cabeza. Fue encarcelado por sus ideas.“ Que a uno lo metan a la cárcel por ideas, eso afecta mucho”, dice mi madre. Cuando a él lo