Agenda Cultural UdeA - Año 2012 ABRIL | Page 36

ISBN 0124-0854
N º 186 Abril de 2012 creación. Pombo tenía doce años cuando comenzó a escribir cuadernos que portaban comentarios de lectura de autores que le gustaban, con traducciones de poetas ingleses y algunos de sus primeros poemas. Orjuela( 1965), citando a Quijano( 1933), da el título de algunos de estos cuadernos:
Diario de mil curiosidades para su propio dueño que lo es verdaderamente el señor Licenciado en Bellas Artes J. Rafael Pombo, seminarista que fue en la ciudad de Bogotá a 1845; Panteón literario, La Araña o poesías de José Rafael Pombo y Rebolledo y sus traducciones del latín, francés e inglés más curiosas. Bogotá, 1845, Manuscritos del autor, así que el inglés, ocupa gran parte de esta obra, e incluso el retrato de The english queen [ sic ] Victoria; Álbum poético de J. R. Pombo, tomo I, 1845.
Existía pues, desde su juventud, una relación muy particular de Rafael Pombo con la traducción y después, cuando tradujo a otros autores, artículos pedagógicos y libretos de ópera. Pombo siempre otorgó diversas funciones a la traducción: creativa, pedagógica, moralizante, etc. De hecho, el contexto muestra que en su ambiente, la práctica de la escritura y por qué no, de la traducción, era una actividad corriente y un instrumento para apropiarse de las ideas y construir una identidad nacional, como lo han
mostrado estudios llevados a cabo por investigadores colombianos( Aguirre Gaviria, 2004; Orozco, 2000).
En un contexto propicio para los intercambios interculturales, Rafael Pombo estableció relaciones importantes con los escritores norteamericanos Bryan y Longfellow, entre otros. Al hacerlo, daba cuenta del interés de los intelectuales hispanoamericanos que deseaban establecer lazos entre ambas Américas. En consecuencia, descubriremos la importancia de estas relaciones para la historia de la traducción en Colombia.
Un contexto propicio para los intercambios
Durante su periodo como soldado en 1854, cuando defendió el país de un golpe de Estado dirigido por el general José María Melo, Pombo conoció al general Pedro Alcántara Herrán quien había sido nombrado ministro en el extranjero para los Estados Unidos y Costa Rica por el presidente Manuel María Mallarino. Gracias a las influencias de su padre, que frecuentaba las esferas del poder, Pombo fue nombrado secretario de la delegación colombiana para los Estados Unidos y Costa Rica, y partió con el general Herrán a Nueva York en 1855( Orjuela, 1965; Robledo, 2006), donde vivió durante un