ISBN 0124-0854
N º 186 Abril de 2012 no me he atrevido a cultivar esa semilla que pronto se ahogará.
Miserable siempre la raza humana, siendo todo una prueba de ello, jamás he quedado satisfecho de trabajo alguno mío; siempre he dicho:“ vendrá otro soplo: su efecto no nos quedará bueno en su especie”. He intentado ¡ insaciable atrevimiento! poema épico, carga gigante aun para gigantes hombres; poema amoroso; inmensos romances; leyendas eruditas; laboriosas traducciones, etc. Y hasta ahora nada he concluido importante, y todavía, ciego para tan claro espejo, me atrevo a creer daré a todo cumplido remate sin ver que sobre mi inmensa ambición se desploman los años a toda prisa y acaso sean mis diecisiete más de la mitad de mi vida... Encuentro en la poesía el mayor de mis deleites y no soy poeta y descuidando las reposiciones que en ella, acaso erradamente me reconozco, no les doy vuelo aun viendo los experimentos que me confirman mi aserción, desbaratándome otras creencias y así, débil e inconstante, pero siempre humilde y escandalosamente tolerante en mi osadía, hasta deseara que la crítica se descargase sobre mi cabeza, no diría por eso como el alemancito de Maury:
Bogotá, septiembre 2 de 1851.
Tomado de Apuntaciones autobiográficas, del archivo de Rafael Pombo, descifrados por la señora Carmenza Quimbaya de Pérez Silva, en Pérez Silva, Vicente, disponible en línea: http:// www. banrepcultural. org / blaavirtual / literatu ra / autobiog / auto41. htm.
Que a mejor partido
tuviera ser llorado que reído.