Agenda Cultural UdeA - Año 2012 ABRIL | Page 20

ISBN 0124-0854
N º 186 Abril de 2012
Rafael Jaramillo Arango, el presbítero Gregorio Arcila Robledo, Antonio Cardona Jaramillo, Oswaldo Díaz Díaz, etc.
No obstante, hasta la fecha, el arte del autor de“ El niño y la mariposa” no se ha igualado en nuestro medio y le da el cetro indiscutible del reino de la fábula en Colombia. Sus cuentos,“ que hacían estremecer a Silva”, 5 y que hoy están casi olvidados, son aun clásicos en el género. El paso del tiempo y la complejidad del mundo contemporáneo van acabando con la fábula y con otras manifestaciones de carácter popular: canciones tradicionales, cuentos, leyendas, etc., lo que era patrimonio colectivo e individual. Existe en la Colombia actual, dice Carlos López Narváez, una carencia de obras infantiles preparadas con un criterio auténticamente ético y estético, o sea extraño al afán de industria o de comercio editorial. 6 En el caso concreto de la poesía infantil, el problema se agudiza: enfocando concretamente sobre la poesía, el vacío se ensancha y la desprovisión se agrava. Los grandes cultivadores del poema, cantores
por necesidad expresiva, por avidez social o por ansiedad estética, han trabajado sin pensar en los muchachos que aman la armonía contagiosa del número, las preciosidades contagiosas del espíritu. Entre tantos príncipes juglares de la lira, solamente Pombo brilla con luz propia, cuando coloca su mensaje de sueños en la mente y la lengua de la niñez que se abre a la vida como una esencia tonificante. Tal vez por eso la generación del siglo pasado fue menos sombría que ésta, como que en medio de todas las batallas, frente a los vientos contrarios bajo los vendavales del corazón, pudo acrecentar su ideal, una misión resellada por la sinceridad y la hermosura. 7 Al llegar al término de estas consideraciones sobre la poesía infantil de Rafael Pombo, debemos secundar enteramente la opinión que sobre ella expresa Rafael Maya:
Las fábulas, no lo niego, han contribuido a darle a Pombo extensa popularidad entre los pueblos de habla castellana, pero la simple popularidad es elemento dudoso para la crítica, puesto que muchas veces depende de circunstancias enteramente extrañas al mérito intrínseco de