Agenda Cultural UdeA - Año 2012 ABRIL | Page 17

ISBN 0124-0854
N º 186 Abril de 2012
En general,“ se mantiene dentro de los límites de una modesta moral cotidiana” 1 que se refleja en sus personajes a quienes lo que les sobre en humor les falta en perspicacia y modernidad. Holgadamente cabe Pombo en el grupo selecto de fabulistas de todos los tiempos.
Sentencioso como Esopo y de una gracia y concisión que recuerdan a Fedro y a La Fontaine, deja sin embargo un sello diferente y muy personal en su vasta obra infantil. Más que a los franceses, se acerca a los fabulistas ingleses, quizás por encontrar en ellos mayor afinidad ideológica. Imitó a John Gay, pero usó y admiró los temas de Robert Dodsley, que, aunque no completamente originales, le sirvieron de inspiración para algunas de sus fábulas más admiradas. Cosa parecida se
puede decir del alemán Lessing cuyo laconismo y densidad de conceptos atrajeron al autor de“ El niño y la mariposa”.
Los neoclásicos españoles Samaniego e Iriarte también dejaron su impronta en Faraelio quien, como los peninsulares, sigue en el apólogo los preceptos de Horacio de utile dulci. Samaniego, el primer verdadero fabulista en la historia literaria de España, había expresado el credo estético horaciano de la siguiente manera:
Que en estos versos trato De daros un asunto Que instruya deleitando. Los perros y los lobos, Los ratones, los gatos, Las zorras y las monas, Los cuervos y caballos Os han de hablar en verso, Pero con juicio tanto Que sus máximas sean Los consejos más sanos. Deleitaos en ello, Y con este descanso, A las serias tareas