Agenda Cultural UdeA - Año 2011 NOVIEMBRE | Page 27

ISBN 0124-0854
N º 182 noviembre de 2011 la responsabilidad de proteger la esencia de Los Corraleros, sin desmedro de su proyección artística.
— Me gusta, pero no son Los Corraleros dijo Fuentes, y aprobó.
— Yo llegué a Los Corraleros a aportar mis ideas.
En efecto, desde el inicio su cometido fue superar las fronteras de la Costa Caribe y del país.
— Pensaba en una propuesta más rumbera, ratifica.
Para lograrlo, requería otra instrumentación. Entonces, sin reato alguno, incluyó el bajo electrónico, con lo cual enriquecía la armonía— los obligados de bajo fueron magistrales en La burrita y otras piezas— y, en busca de otra sonoridad, reemplazó la caja por el timbal, no obstante algunos escepticismos.
El L. P. salió al mercado una semana después, y los nuevos Corraleros de Majagual se fueron de gira por el mundo, con rotundo éxito. El rey extendía sus dominios. Mientras Los Corraleros pisaban tierras extranjeras, por los caminos viejos y polvorientos de la Sabana, Alejo“ El grande” avanzaba hacia el Valle de los Santos Reyes, donde coronarían al primer Rey de la Leyenda. Competiría con otros como él, pero Alejo tenía lo suyo. Una mujer que encontró en una posada del camino le vaticinó el triunfo:
—¡ Usté sí que tiene concha! ¿ Piensa que le ganará a Luis Enrique Martínez o a Alejandro Durán?
— Escuchemos qué nos trajo Beethoven— dijo irónicamente Chico Cervantes cuando el director se aprestaba a presentar su maqueta ante las directivas de la disquera y ante los músicos.
— Suéltela pa’ que se defienda bailó sola en aquella difícil prueba y salió airosa, recuerda Lisandro.
Aquella noche de abril, en la tarima festivalera, Alejo ornamentó con sus atributos el canto ancestral y su toque evocó los sonidos del campo y de la vaquería, y también el gusto de la gaita, del tambor y del pito travesero. Ahora la figura mítica de Francisco el Hombre se replicaba en la imagen de ébano del Rey de la Leyenda.