Agenda Cultural UdeA - Año 2011 NOVIEMBRE | Page 15

ISBN 0124-0854
N º 182 noviembre de 2011
Después de la parranda, foto: archivo personal. gallera en trance de riña, y los dos pitos, hechos del corazón del cardón, se maridaban en discreto acople: el macho para fecundar, la hembra para concebir y así dar nacimiento a un canto ennoblecido.
Toño era Toño. Y seguro que si alguien hubiese pretendido imitar su algarabía, no lo hubiera logrado; gracioso, imponente, hecho de canto, vertía por igual la agudeza y la picaresca, mientras su voz lúcida iba perdiéndose lejos, precedida por el marco rudo que muchas
veces chocaba con los tópicos y posturas falsas de la sociedad.
A pesar de la dispersión de sus temas, para Toño la mujer era asunto central. Hizo de ella un espejo de sus propias danzas:“ Cuando Toño Fernández canta / despierta al que está dormido, / despierta a la mujer sola / y la que tenga marido”. Y su filosofía, aunque altanera, era concisa:— Si tienes una muchacha bonita, tienes motivo pa’ cantá y si no tienes una muchacha bonita, tienes otro motivo.