ISBN 0124-0854
N º 176 Mayo de 2011
Pero lo fascinante de este fenómeno ( que para colmo de ironías no es un partido político sino un movimiento que los republicanos han sabido explotar de muy populista manera ), es que ha logrado construir un discurso a favor del hombre común y en contra de las clases educadas . Según ese bien aceitado discurso , las clases educadas son las que forman la élite política que rige el destino del país ignorando a la población mayoritaria que no fue a las universidades de élite ( las que pertenecen a la llamada Ivy League ), y que por lo tanto no es ni culta ni intelectual . El discurso que acaba de triunfar en Estados Unidos es uno que sospecha de las opiniones educadas , de la formación intelectual , de la inteligencia que se instruye y del bagaje cultural y humanista que se ha materializado en la producción de pensamiento , en las Bellas Artes , en la razón y en el conocimiento que eleva el espíritu humano .
Ese discurso tiene un poderoso equivalente en Colombia . No hay que pensar demasiado para encontrar ejemplos . Las personas que leen son miradas por muchos como casos raros , gente excéntrica , abstraídos que no entienden cómo funciona el mundo real . Lo particular en el caso colombiano es que de esos “ muchos ” aludidos arriba , una gran parte está en la misma élite dirigente , y no sólo en las clases medias o bajas que no han podido acceder a una educación cara o buena .
En los medios de comunicación , el espíritu medular de ese discurso florece en la radio y en la televisión . En los impresos el asunto es menos grave .
Mientras que periódicos como El Espectador han dado un espacio y un rigor poco visto antes a la información cultural , por ejemplo , en la televisión y ( muy especialmente ) en la deplorable radio de entretenimiento colombiana el populismo anti-intelectual florece y se multiplica como hierba mala .
Basta recordar la entrevista que en el programa Cinema W (¡ un programa dedicado al cine !) le hicieron a Rubén Mendoza por su película La sociedad del semáforo , en el que lo atacaron sin piedad dizque porque su película no tenía principio , nudo y desenlace , y que porque hacía “ cine de autor ” que no le daba todo mascado al espectador común . Lo criticaron porque para ellos , él estaba haciendo cine que no era para la gente común , para la gente no educada . La ignorancia de los entrevistadores era el escudo de su supuesta valentía , porque creían que representaban a sus oyentes . Exactamente el mismo populismo barato que subyace en los discursos de Sarah Palin .
¿ Cuántas veces personas cultas deben defenderse , en medio de una argumentación cualquiera , contra ese tipo de ataques ? “ No , pues , mírenlo tan sabiondo ”, dicen con soberbio sarcasmo quienes no leen , quienes no tienen interés en la educación del espíritu , quienes ven en el discurso del dinero la principal razón de la existencia . Pero ese espíritu en Colombia no podría llegar a constituirse en un fenómeno político paralelo al de Estados Unidos porque no hay una élite intelectual con un perfil definido . Quienes aman la idea del conocimiento están