Agenda Cultural UdeA - Año 2011 JUNIO | Page 14

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ISBN 0124-0854
N º 177 Junio de 2011

Espérame

en el cielo corazón

Pedro Correa Ochoa

I

Faltan quince minutos para las cinco de la mañana y el parlante de la torre de la iglesia de Ochalí despierta con estertóreos cantos marianos a todo el poblado y a los durmientes de las montañas vecinas. Antes, tres parlantes más le hacían coro al rosario de la Inmaculada y los cantos llegaban hasta los confines de los municipios de San Andrés de Cuerquia, Ituango y Toledo, condenados, como Ochalí, a estar sembrados sobre ese ramal de montañas de la Cordillera Central: testamento acucioso de los grupos armados.
Cuando el padre César Jiménez abre la puerta de la iglesia, Salomón Peláez Jaramillo, el profeta que dice haber predestinado la tragedia, está plantado frente a él, camándula en mano. El padre pasa de largo por la ducha contigua a su cuarto y se encarga del último llamado: el sonido seco de una campana amenaza que es hora del rosario. Son los primeros días de diciembre los que se dedican a la Inmaculada, patrona de Yarumal, el
municipio del norte de Antioquia, patrono del corregimiento de Ochalí.
Con la primera cuenta de diez en la camándula, el cuchicheo se aleja del parque, que es la parte más ancha de la única calle del poblado; sube en dirección al puesto de salud y sobrepasa el santuario de Salomón. Una pieza de tapias encaladas es donde el carismático saca al demonio de los cuerpos.“ Hago „ insorcirmos ‟ contra Satanás”, asegura.
El cuarto está dotado con un catre de tablas desnudas que sirve de camilla para auxiliar a los endiablados y un baúl que guarda sus armas:“ mire, este es el cordón con el que azoto al demonio y esta el alba— un retazo de gabardina blanca—. El que me da el poder es el Santo Cristo de Buga”.
—¿ Y dónde lo tiene?
— Mírelo allí. Lo tenía aquí cuando llegaron a matar a toda esa gente. Tumbaron la puerta, se pusieron mi ropa y se burlaban. Decían que