Agenda Cultural UdeA - Año 2011 JUNIO | Page 12

ISBN 0124-0854
N º 177 Junio de 2011
No hubo tema que no tratase; a veces, a pesar de no ser experta, pero siempre lo hizo resueltamente. Habló de política, medicina, arqueología, tauromaquia, ciencia, psicología, teatro, cine, literatura, fútbol, ciclismo, aviación, leyes, moda, urbanidad, religión, tránsito, decoración, pintura, educación, economía, ingeniería, escultura … y sobre todo, se dejó ver, compartió sin reparos su yo íntimo con quienes quisieran leerla.
Emilia Pardo Umaña, década del 30. Foto: Colección Rosario del Castillo Pardo, Bogotá.
La columna de opinión es, pues, uno de los pilares de la investigación histórica dentro del periodismo, pues es el género en el cual se observa claramente la personalidad y la subjetividad de quien escribe. Esta característica la constituye en una herramienta vital de documentación para acercarse y conocer al sujeto de investigación; en el caso particular de Emilia, la revisión de sus columnas permitió tener una visión general, una radiografía de su faceta periodística, conocer su versatilidad, su capacidad para interpretar los hechos y para expresar puntos de vista, y su incansable búsqueda por temas de actualidad, así como su sensibilidad y personalidad.
Los aforismos de Emilia
Emilia, dotada de un gran y particular sentido del humor, entregó en sus artículos a los lectores frases que dan cuenta de su ingenio y versatilidad, no sólo como mujer, sino como periodista.
La siguiente es una pequeña selección de aforismos extractados de las columnas publicadas por Emilia en los periódicos El Espectador, El Siglo, El Tiempo y El Mercurio, entre 1934 y 1961. Cargados de un gran sentido común, dejan ver la inteligencia y suspicacia de esta mujer periodista:
¡ Ah! ¡ Si siempre nos oyéramos hablar, que pocas veces abriríamos la boca!
Nada se castiga en este país: nada y nunca.
El caudal de sabiduría del médico lo hace la fe del enfermo.
Créase o no, la inteligencia de un jugador de fútbol no está en la cabeza sino dentro de los zapatos.
Es necesario aceptar que de la gente sensata, bien educada y que pasa por capaz en el mundo, el noventa por ciento por lo menos, es boba. Pero boba con toda clase de adjetivos calificativos.
Una de las cosas que nos impide saborear gratamente la vida no es