ISBN 0124-0854
N º 178 Julio de 2011 nta y doscientos dólares; y como algunos tenían varios diagnósticos, ya imaginarán a cuánto ascendían las cuentas. Al parecer, se nos había olvidado que en Occidente se dice que“ no hay almuerzo gratis”.
Salimos felices. Habíamos encontrado una cura para nuestras enfermedades crónicas y llevábamos medicamentos para tres o cuatro meses, porque ¿ cuándo vuelve uno a China?
Sólo cuando regresamos al bus nos miramos a la cara; hicimos cuentas rápidas, y nos reímos.
Catalina Montoya es médica oftalmóloga. Escribió este texto para Agenda Cultural Alma Mater.