Agenda Cultural UdeA - Año 2011 FEBRERO | Page 9

N º 173 Febrero de 2011 familia en este su país de acogida. Llegaron a casa de Said, su medio hermano, que vivía con su mujer en Holanda desde hacía cinco años. En lugar de asignarle un tutor oficial, la fundación De Opbouw— la responsable de las tutorías de todos los menores solicitantes de asilo que estaban solos— le cedió la tutoría a Said. La fundación debería haber estado atenta.
Las dos niñas sufrieron un abuso sexual sistemático por parte de Said; Anab, la mayor, por más tiempo y de modo más violento. La historia salió a flote cuando Shukri fue a la asistente social de la fundación De Opbouw y lo explicó todo. La fundación presentó una denuncia y recurrió además a la Protectora de Niños. Said fue detenido y encarcelado.
En la oficina central de la policía en La Haya conocí a una hermana de Anab y Shukri. Me pidieron que hiciese de intérprete para esa mujer somalí en avanzado estado de gestación y con la cabeza tapada. Nada más verme me saludó y me soltó de inmediato:“¿ De quién eres?”, lo que en verdad significa:“¿ De qué clan eres?”. Le dije que yo, como intérprete profesional, no tenía por qué responder a esas preguntas.
Pero como soy una mujer somalí ella quería saberlo por todo lo que iría saliendo a la palestra. Me negué de nuevo e hice valer mi derecho a guardar silencio.
Me explicó que tanto ella como sus dos hermanas y su medio hermano pertenecen a la misma línea patriarcal. Dentro de la línea de descendencia, el medio hermano estaba considerado un hermano. La policía le preguntó detalles sobre el delincuente: sobre el abuso sexual, si había abusado ya antes de otras mujeres y niñas, si seguía siempre el mismo patrón de comportamiento, etcétera. A continuación, ella se tomó media hora para explicar que su familia no era tan impura, que eso era algo que pasaba con los chicos, que el abuso sexual no se da entre somalíes, que eso es una maldición. Y que ella, además, deseaba saber lo que había sucedido. La mujer estaba totalmente confundida. Incluso se preguntaba cómo debía rectificar.
Entonces supe algunos detalles sobre el asunto: cómo y cuándo empezó todo, quién presentó la denuncia, y que Said no sólo había abusado de las dos menores, sino que con frecuencia solía también violar y maltratar a su mujer.