N º 173 Febrero de 2011 mismo. Disfrutar de información sexual llevaría a la gente a tener pensamientos equivocados.
Imagen tomada de Submission, video dirigido por Theo Van Gogh
Este tabú también conlleva que los musulmanes no sepan, efectivamente, lo que es el sida y cómo se puede contraer. Creen que es una enfermedad que afecta a los homosexuales, a los cristianos y a los no creyentes. A los musulmanes o a los somalíes, no. He hecho de intérprete a hombres que llevaban una vida sexual activa y que solían ir a burdeles. Cuando los análisis apuntaban a la posibilidad de que habían contraído el virus del sida decían:“ No puede ser, soy
musulmán”. Como si el virus lo supiera.
Las chicas somalíes han crecido con el lema: conserva la sutura. La prueba tendrá lugar la noche de bodas. Si para entonces no tienes ya sutura, eres una prostituta. Coser los genitales de las mujeres no es una práctica islámica. El profeta Mahoma, a quien le fue confiado el Corán, prescribe la circuncisión masculina, pero no la femenina. La sutura es una práctica preislámica que el Islam adoptó como auténtica, lo mismo que el árbol de Navidad precristiano fue adoptado por la cristiandad. Los eruditos musulmanes nunca han rechazado esa práctica porque en el seno del Islam siempre se impuso que la mujer llegara virgen al matrimonio. Así que cuando conocieron esta costumbre tribal de coser a las mujeres, debieron pensar:“ Así puedes garantizar perfectamente tu virginidad. ¡ Qué bien!”. La sutura genital es una práctica habitual en varios países africanos como Somalia, Eritrea, Sudán, Egipto, pero también en Indonesia.
La historia de Anab
Anab y Shukri eran dos solicitantes de asilo menores de edad. Al llegar a Holanda se les preguntó si tenían