N º 173 Febrero de 2011 practicaran un aborto . Pero su decisión parecía firme ; entonces se fue a la clínica abortiva en Leiden y yo la acompañé .
Tanto la sala de espera de la clínica como las habitaciones de recuperación estaban llenas de mujeres extranjeras , particularmente turcas y marroquíes , aunque también chinas . A la joven a quien yo acompañaba como intérprete le hicieron las mismas preguntas y de nuevo se le dio un tiempo para pensárselo . A la pregunta de si quería que el padre de la criatura estuviera presente , dijo : “ No , me prometió no penetrarme totalmente y sin embargo lo hizo . No lo quiero implicar en esto ”.
Exigió que el aborto no le desgarrara la sutura . Ésta debía quedar intacta . El médico miró la sutura y le comentó que no era posible . “ Entonces , quiero que me cosan de nuevo después de abortar ”, dijo ella .
Una vez finalizada la operación , el médico le dijo que antes de proceder con la sutura ella debía restablecerse . Presuntamente , eso no llegó a pasar . Es probable que la joven no tuviera una autorización para que la suturasen tras abandonar la clínica abortiva . Eso lo tenía que hacer otro
médico ; los médicos holandeses no lo hacen .
La asistencia social holandesa no conoce en profundidad los problemas que tienen los musulmanes , por lo que contribuye sin pretenderlo al mantenimiento de la jaula de la virginidad . Los psicólogos holandeses están acostumbrados a acercarse a sus pacientes en tanto individuos . En mi calidad de intérprete he experimentado que hacen lo mismo con las mujeres musulmanas . Y la pregunta importante siempre es : “¿ Qué es lo que quieres tú ?”. Son muchas las mujeres que , como respuesta , se quedan calladas y se encogen de hombros . “ Lo que diga mi marido ”, susurran tímidamente , o “ Lo que quiera Alá ”, e incluso hay mujeres que les dicen a los asistentes sociales : “ Lo que usted quiera ”. Nunca han aprendido a querer algo por sí mismas . “¿ Qué deseas para tus hijos ? ¿ Qué decisión tomarías por ellos ?” son cuestiones que las mujeres musulmanas tampoco han aprendido , y que por lo tanto desconocen . Los asistentes sociales no comprendían y quedaban confusos y frustrados . Lo único que podían hacer era enviarlas a otras instancias , pero ¿ hasta qué punto puedes hacerlo ?