N º 173 Febrero de 2011 siempre a casa. Según una vecina, Anab había estado un tiempo en una casa de acogida, adonde la fue a buscar su marido. Said sigue preso porque ha abusado de Anab, pero su marido, quien incluso ha abusado de ella de un modo más brutal si cabe, vive en libertad.
La familia de Anab y Shukri había pagado una cantidad importante a unos traficantes de personas para que sus niñas pudieran ir a la escuela en Holanda. Lo hicieron con esperanza y optimismo, y he aquí el final. Sin quererlo.
La historia de Anab es la historia de una joven sacrificada para salvar el honor de la familia en nombre del culto a la virginidad. Y no es sólo Anab la que sufre las consecuencias del mito de la virginidad; también su marido y sus hijos son víctimas. Su marido le hace cosas horribles que él justifica diciéndose a sí mismo:“ No era virgen, entonces era una puta”. Y sus dos niños crecen literalmente entre ruinas. ¿ Cómo van a salir adelante?
La hermana menor de Anab, Shukri, huyó para siempre. Escapó y no quiere volver a saber nada de su familia.
El ama de casa honesta
Tiene entre treinta y cuarenta años, es madre de dos hijos y está embarazada del tercero. El médico le dice que debe hacerle una exploración a causa del embarazo y que le ha de comunicar el resultado del análisis de sangre. Tiene el virus del sida.
La mujer reacciona con estupefacción:“ No es cierto. He llevado una vida correcta, me he mantenido virgen. He seguido estrictamente los preceptos del Islam y de mi familia. Y cuando era joven ni siquiera miraba a los chicos. Nunca he estado a solas con uno. Queda totalmente excluido que pueda haber contraído una enfermedad sexual”.
A continuación, el médico le aclara que, aun así, ella ha contraído el virus y le pregunta:“¿ Qué tal la vida sexual de su esposo?”.
La mujer le explica que su marido es muy bueno con ella y con sus hijos, que se comporta de manera particularmente responsable y que procede de una buena familia. Es imposible que su marido tenga el sida, habida cuenta, además, de que se trata de una enfermedad que los musulmanes no pueden contraer. Es