ISBN 0124-0854
N º 179 Agosto de 2011 sí mismas sus necesidades fundamentales , vivencia que ha incidido seriamente en la ampliación de tendencias patológicas como la ansiedad , la angustia y la depresión que padecen los ciudadanos . En otras palabras , la carencia de bienestar social ( que no es una situación externa al mercado sino un resultado masivo de él ) deviene en trastornos y traumas psíquicos . No es gratuito entonces que se hayan incrementado las enfermedades mentales en esta época y que , debido al preocupante diagnóstico sobre la salud mental de los ciudadanos de Medellín , a instancias de la Secretaría de Salud , el Concejo de Medellín expidiera el Acuerdo 05 de 2011 , sobre política de salud mental y adicciones , que modifica y actualiza el Acuerdo 64 de 2005 .
Valga recordar , además , que otra de las expresiones de la incertidumbre es la pérdida de confianza en el futuro por parte de los ciudadanos ; los jóvenes encarnan esta pérdida con sus prácticas de vivir solo el momento ( algo patente en la clásica película de Víctor Gaviria , Rodrigo D . no futuro , filmada en Medellín ), y con ella reiteran que la vida es sensación , vértigo , todo aquello que pueda vivirse en el ahora que es lo cierto .
Asimismo , la tendencia mercado-centrista impone un estilo de vida consumista que ensalza la individualidad . La adquisición
constante — ansiosa — de mercancías de todo tipo parece expresar una indisoluble unión entre el ser alguien y el tener objetos . De esta relación dan cuenta las campañas publicitarias a la hora de promocionar un determinado producto ; los mensajes que buscan vender algo apuntan , por lo general , a tocar los sentimientos de la gente , especialmente el sentimiento de autoestima o , como dice cierta marca , el ego del comprador . Sin mercancías no se es . El alto nivel de distinción , por la vía del consumismo , extralimita la singularidad del individuo hasta hacerle creer que él es único o un privilegiado de un grupo selecto que no tiene nada que ver con los demás como iguales ; los otros importan en la medida en que son requeridos para que rindan admiración y servicio , o sea rendir culto al ego . La proliferación de los centros comerciales , como sucede en Medellín , hace parte de la expresión socio-espacial de la tendencia del consumismo y de la respectiva veneración al sí mismo del individuo .
Esta otra cara de la Constitución riñe con la idea proclamada por ella misma de un ciudadano que actúa colectivamente porque está interesado en el bien público . Si los individuos quedan sometidos a la dinámica reduccionista de ser tanto productores como consumidores , y con ello a la preocupación de “ hágalo usted mismo y por sus propios medios ”, la activación de los mecanismos de