N º 175 Abril de 2011
una ley sobre la protección de las lenguas y las culturas nativas.
La Ley 1381, aunque limitada en la protección real de las minorías étnicas, abre una posibilidad que esperamos sea llevada a cabo por el Estado colombiano y sus ciudadanos, sin reparos, sin temores. Si hoy podemos hablar
Fiesta okima del Caquetá. Partitura para giyabakui( flauta de pan). Transcripción de Fritz Bose, 1937. de“ preservación, salvaguarda y fortalecimiento de las lenguas nativas”( artículo 2), esperamos que en corto tiempo estas buenas intenciones se traduzcan en acciones concretas que impidan el etnocidio. Para empezar, que las universidades incorporen los saberes ancestrales en sus programas de estudio. En este sentido, se requiere una flexibilización en el proceso de contratación, que permita vincular a
los sabedores de las culturas indígenas como profesores regulares o que permita trasladar el aula de clase del campus al mambeadero. Del mismo modo, es urgente que se implemente el examen de admisión en varias lenguas nativas. De hecho, la Ley 1381 les otorga a los hablantes de las lenguas nativas el derecho a emplear“ su propia lengua en sus actuaciones y gestiones ante los órganos de la administración pública”