Agenda Cultural UdeA - Año 2010 SEPTIEMBRE | Page 17

ISBN 0124-0854
N º 169 Septiembre de 2010 el mismo porcentaje en la suma final y que ninguna pudiera predominar sobre las demás. Fue, en mi vida, la experiencia que más me acercó a la realización de un milagro. Había creado las condiciones para que naciera una nueva Madonna, una especie de santa que emergió de lo que, al menos en parte, seguramente era un grupo pecaminoso y de mala vida. En fin, una verdadera belleza, por lo menos para mi gusto.
Claro que luego me expliqué el fenómeno más racionalmente. No hubo milagro. Lo que sucedió fue que en las superposiciones se iban confirmando los rasgos regulares y comunes, mientras que los rasgos particulares y accidentales se iban borrando. Si una candidata tenía una nariz torcida y las otras cuarenta y nueve tenían narices derechas, al final la torcida desaparecía. O sea que el retrato final era un promedio“ limpiado” de todos los ejemplos particulares.
Me consideré sumamente perspicaz con mis conclusiones, orgulloso pero también triste porque el milagro no había ocurrido. Mi orgullo desapareció abruptamente cuando para escribir este texto fui a la ineludible Wikipedia a ver que me decía sobre la belleza. Utilicé la página en inglés, donde en referencia a la belleza humana dan información( entre otras cosas) sobre Francis Galton, un primo de Charles Darwin. Yo ya había tenido referencias sobre Galton, porque fue uno de los iniciadores del movimiento eugenista. Ya en su época, la ideología eugenista se había puesto de
moda en Inglaterra y en los Estados Unidos; primero se utilizó para justificar la esterilización de criminales y enfermos mentales, y luego, sirvió como plataforma para los intentos de purificación racial de la Alemania nazi. Lo que no sabía, sin embargo, era que en 1883 este mismo Galton empezó a superponer fotografías de vegetarianos y de criminales, buscando los elementos comunes más típicos. La página de Wikipedia no aclara si lo típico se refería a cada categoría por separado, o si esperaba encontrar algo común entre vegetarianos y criminales. Pero lo importante es que, en sus esfuerzos, Galton descubrió que superponiendo las caras, la suma iba produciendo rasgos faciales cada vez más atractivos. Fue con esta información que mi tan meritoria perspicacia se fue al diablo, y me quedé sin milagro y sin orgullo.
A pesar del racismo de Galton, o por lo menos de las consecuencias racistas de sus ideas— no sé demasiado sobre Galton, pero el hombre, aunque quizás despistado, no era un idiota— me quedaron conclusiones interesantes. De acuerdo con toda esta investigación, el promedio resulta más bello que el caso particular. En términos de evolución biológica parece que es completamente lógico y natural que ese promedio sea sexualmente más atractivo que cada uno de los ejemplos aislados, ya que nos protege de ciertas mutaciones. En otras palabras, parece que por razones biológicas nos atrae más una cierta mediocridad estética. En términos de las leyes de evolución, esta mediocridad confirma los resultados que ya tuvieron