Agenda Cultural UdeA - Año 2010 SEPTIEMBRE | Page 16

ISBN 0124-0854
N º 169 Septiembre de 2010

La mediocridad

de la belleza

Luis Camnitzer
Luis Camnitzer, Jane Doe, montaje digital.

El problema es decidir si el arte está para hacernos sentir cómodos o para explorar nuevas avenidas que hasta el momento son desconocidas. Personalmente creo en lo segundo y pienso que la cursilería o el kitsch es uno de los síntomas de lo primero. Para fundamentar mi posición habría que ver primero cómo se genera la belleza. Tengo como regla general no apelar a obras mías para ilustrar lo que digo porque me parece de mal gusto, pero aquí voy a hacer una excepción; los motivos de esta infracción se harán evidentes.

En los países de habla inglesa se utiliza el nombre Jane Doe para identificar a las mujeres de quien no se sabe el verdadero nombre o para las que se quiere mantener el anonimato. Es algo como fulana de tal, o N. N., pero más preciso, porque Jane Doe es un nombre que realmente toma el lugar del nombre original. No se sabe cuándo comenzó la costumbre, pero hay registros en
Inglaterra que datan de 1659, y probablemente a alguien ya se le había ocurrido la idea bastante antes.
El asunto es que el año pasado tuve la idea de hacer una especie de biografía y retrato de esta Jane Doe. Utilicé fragmentos de informes policiales, legales y periodísticos tomados de Google para hilar una narrativa bastante espeluznante en la que predominan los abusos sexuales, las violaciones y los accidentes con traumas violentos que afectan seriamente la simetría de las víctimas. Luego utilicé las imágenes correspondientes: caras mutiladas, a veces reconstruidas en yeso por los forenses, y generalmente carentes de esas cualidades que se puedan asociar con la belleza. Utilicé un programa especial, disponible gratuitamente en la Internet, que me permitió fusionar todas esas caras, cerca de cincuenta, en una cara única. Logré el retrato final de Jane Doe. Puse un cuidado especial para que cada una de las caras utilizadas tuviera