ISBN 0124-0854
N º 170 Octubre de 2010
El Exconvento es como dijeron , pero también huele muy mal . El humo y ese hedor no me permiten dormir tranquila y nos enferma por turnos a los ocho a lo largo de estos extraños meses aquí . Vine a escribir una obra inspirada en la historia del gran inquisidor que Iván le relata a Aliocha en Los hermanos Karamazov . Me había propuesto construir el personaje de un Cristo errante quien , después de ese duro juicio que el inquisidor le hace en Sevilla , llega al México de las evangelizaciones . Un Cristo que sería siempre un testigo silencioso e impotente de dolorosos momentos en la historia americana , pero el ahogo que el olor concentrado en los corredores y cuartos del lugar me produce , limita la imaginación y solo me permite pensar en el destino de esta triste ciudad y en sus realidades , tan latinas , tan nuestras . Es este Exconvento , con su pasado y su presente de tedio lo que me obsesiona , y descubriéndolo me asomo a la historia de Salamanca , y desde ella a la historia de México , y desde ese viaje a nuestras propias vidas de aspirantes a artistas latinoamericanos ; a la mía , claro .
Son pues , pequeños instantes rescatados de varios siglos de historia en el Exconvento lo que aquí se presenta , sus fantasmas que recorren los corredores sombríos desde el siglo XVII y que me visitan en nuestras tardes de aburrimiento , cuando los ocho nos sentimos unidos por una fastidiosa sensación de vacío y nos sentamos juntos a animarnos con bromas flojas en el patio .
[…]
II La hoguera
Aquí viene la oración de La Negra Elena , que espera ser trasladada , condenada a arder en la hoguera de la Santa Inquisición de Querétaro , acusada de preparar hechizos amorosos , sangrar cada mes y adorar al diablo , pero sobre todo , impúdicamente , a los hombres .
Una Vieja Monja se recuesta fatigada contra uno de los fríos muros del patio del convento ; tiene un rejo en la mano . Más allá , también recostada al muro , sudando , como si acabara de parir en medio de terribles dolores , la esclava va deslizando su espalda por la pared hasta caer al suelo del corredor .
La Vieja Monja : Ya no estoy para estas tareas .
La Negra Elena : Doscientos azotes .
La Vieja Monja : ¿ Los contaste ?
La Negra Elena : Sí . Aprendí a contar , contando azotes .
La Vieja Monja : Aprendiste a contar cobrando caro por tus asquerosos brebajes de bruja .
La Negra Elena : Lo que sé de aquí , lo aprendí aquí , en su convento :
Señora Santa Marta Santa Marta mía , señora mía Mía sois porque aquí te tengo Y de aquí no te suelto Digna sois y santa Y santa yo , que a mí te ato Por el monte Tabor entrastes Llena de gracia y de poder llegastes Cantando y bailando llegastes Y con la brava serpiente topastes Y a la culebra agarrastes Y con el cinto de su atar la atastes Y por la puerta del pueblo entrastes Cantando y bailando llegastes Así como es verdad es verdad lo que mando a buscar …