Agenda Cultural UdeA - Año 2010 JUNIO | Page 20

ISBN 0124-0854
N º 166 Junio de 2010 un corredor , también muy amplio , apareció cargando todo el peso de sus 90 años . Fuimos a su encuentro y él , con gesto afable , nos invitó a tomar asiento .
Muy pronto la conversación giró en torno a Rafael Escalona . El Profe comentó que hacía poco más de cuatro años , en un evento público , tuvo la oportunidad de saludarlo y conversar con él algunos minutos , y añadió que le gustaría poder hacerlo nuevamente . Vinieron luego otros comentarios acerca de canciones , festivales y comunes amigos , que sirvieron de preámbulo al encuentro con sus recuerdos :
— Yo llegué por primera vez a esa tierra privilegiada llamada hoy departamento del Cesar , por allá en el año 1942 . Iba como profesor fundador del Colegio Loperena de Valledupar ...
Se detiene y con una sonrisa apenas esbozada dice :
— Pero resulta que yo no encontré la sede del colegio . El colegio estaba en el aire , sí señor , en el aire como la famosa casa de la canción que Rafael Escalona compondría unos años después .
Todos festejamos la ocurrencia del Profe y lo animamos a seguir :
— Así fue , no encontré la casa para el colegio Loperena ; encontré , sí , una edificación donde funcionaba la Escuela de Artes y Oficios , dirigida por el profesor momposino Emilio Ribón . Por esta razón y circunstancia , el colegio de bachillerato debió , en sus inicios , compartir la sede .
El Profe se refresca , sacudiendo repetidas veces el cuello de su camisa y con gesto parsimonioso aclara :
— En esta región se vivía por la época un ambiente rural . Valledupar es mediterránea , allá se llegaba por una carretera larga sin pavimento ; para mí , el viaje de ida y regreso era toda una odisea , porque tenía que hacer escala en Fundación , pernoctar allí y luego tomar otra carretera en forma de U que bajaba por todo el antiguo departamento de Magdalena y subía en busca de Riohacha . Recorriendo esa carretera por vez primera , me fui impregnando de sabanas y al entrar a Valledupar encontré muchas diferencias con las ciudades del litoral y los pueblos de la zona bananera . Esta era una población colonial y sus cantos primitivos , desde el primer momento , llamaron mi atención .
El Profe se detiene y todos aprovechamos para saborear el jugo de fruta natural que gentilmente nos ofreció una de sus hijas .
— Yo entré al Loperena a prestar mis servicios como profesor nombrado por el Ministerio de Educación , pues ya tenía una trayectoria en el campo educativo .
Y en tono casi solemne nos pone en conocimiento :
— Me gradué en el colegio de cuarto año de bachillerato y en Bogotá hice los estudios de pedagogía con especialización en ciencias sociales .
Esta aclaración nos generó preguntas y comentarios acerca de los notables progresos en materia educativa que el país ya alcanzaba por la época . Incluso , nos referimos al impulso que para su desarrollo social trajo a Valledupar el colegio de