El veinte de julio
ISBN 0124-0854
N º 167 Julio de 2010 impasible por el temor de desmerecer de la opinión de algún escritor español que ensalza justamente al cantor de Maximiliano y de las glorias de España .
Para concluir , vaya un apólogo en cambio de aquel de Hércules y Apolo con que usted me regala . Si la memoria no me es infiel , es en algún escrito de Eugenio Pelletan que lo he leído .
En un día de besamanos , desfilaban los diplomáticos y los altos dignatarios ante Luis XIV , quien no se permitía siquiera volver a mirarlos . Al pasar , el embajador español no se limitó a hacer la venia de estilo sino que tomando la mano del Rey le mordió un dedo . Como era natural , el monarca volvió a mirar a quien cometía semejante desacato , y el embajador le dijo entonces : —¡ Sire , es para que me ; notéis !
El 20 de julio , cuando desfilaba el cortejo cívico , los patriotas veíamos representada allí a la patria , y para nosotros era ella quien desfilaba . ¿ Habrá querido usted hacer lo mismo que el embajador español ? Ahora sí puede usted volver majestuosamente a su santuario . Mi réplica sirve para devolver a usted sus insultos ; acostumbro a hablar en el mismo diapasón que mi interlocutor ; pero más moderado que él cuando el tono es moderado , subiendo una octava por lo menos , si él quiere llegar a los altos tonos .
En todo caso , queda a las órdenes de usted su atento servidor ,
El veinte de julio
Artículo primero .
J . M . Quijano Otero
Sea que la idea de independencia no estuviese sino en pocas cabezas , sea que las circunstancias no permitieran llevar inmediatamente la causa a ese extremo , ello es que aquí , lo mismo que en Quito y Caracas , al decir de los documentos y de los historiadores , los primeros movimientos revolucionarios que a principios del siglo se consumaron , no tuvieron por objeto , ostensible al menos , separar estas colonias de la corona , sino más bien incorporarlas en la monarquía como provincias integrantes de ella y en un todo iguales a las que formaban la península . A conquistar dentro de la unidad nacional los mismos derechos de representación y poder de los altivos españoles , se refería , en general , en aquella época , el anhelo de los patriotas americanos .
Invadida España por los franceses y cautivo Fernando VII , instalóse la Junta de Sevilla , que se arrogó el título de Suprema de España e Indias ; sucedióle la Central , y luego el Consejo de Regencia , y estos cuerpos , con pretensiones heredadas de la primera , confirmaron en sus empleos a los virreyes y oidores , y ya con noticias falsas sobre la situación de España , ya con tardías promesas , intentaron mantener sujetas las comarcas ultramarinas .