Agenda Cultural UdeA - Año 2010 DICIEMBRE | Page 32

ISBN 0124-0854
N º 172 Diciembre de 2010 arcángel borró la señal de mi compromiso . Dios no quiere los cánticos de mi cuerpo herido . Prefiere mis plegarias ”.
Y las ensangrentadas , todavía arrastrando su pena física , se avergonzaron en lo íntimo de no obtener tamaño reconocimiento .
Su amiga de la infancia ¡ Alabanza a su memoria ! Ya desde niña nadie consiguió regañarla o llamarle la atención . Era inútil . Ella sólo atendía la música de las esferas cuyo sonido arrobador , inaudible para el oído impuro , nos refería . Música de rabeles , panderos , triángulos , dulzainas , cítaras , tambores , tímpanos , címbalos , pífanos , violas , tamborinos , salterios , virginales , clavecines , chirimías . Instrumentos de un sonido sólo a ella reservado , que amenizaban y endulzaban sus alejamientos de este mundo . María Dolores ya habitaba el Paraíso cuando los demás atravesábamos el valle de sombras de muerte . A ninguna otra se le dio permiso de ausentarse de novenas y trisagios y sermones y agonías y rosarios y rogativas y maitines . A ella sí , porque fue siempre una elegida . “ Si falto a misa no es por desobligada , sino para mejor hablarle directamente a ...” Y nuestra admiración terminaba la frase .
Su médico Todavía ignoro cómo se fue a morir . Nunca se quejó de nada , manifestaba una salud a toda prueba , y debía tenerla porque jamás la oí lamentarse , y siempre comentó que si bien me agradecía los esfuerzos , Dios era su médico de cabecera y sólo le recomendaba plegarias y hierbas . Ésa fue su versión , maravillosa , aunque según rumores malévolos , cada semana se iba a otros pueblos y , con nombre falso , consultaba a numerosos médicos y
curanderos . La malicia abundaba : María Dolores , decían , era hipocondriaca , no confiaba en nadie , y vivía inmersa en calmantes y medicamentos . Y de acuerdo con ese chismorreo , su muerte se debió a una confusión de tabletas . Pero yo no le hago caso a los perversos , y la recuerdo grácil , relatándome cómo las defensas de su organismo se vigorizaban cada mañana viendo a los cielos cantar la gloria de Dios .
Su sirvienta Era un rayo de luz . Como corresponde , su sombra era azul y benéfica , y yo me acogía a ella para curarme de dolores y malos recuerdos , porque si algo la señalaba era nada más pensar en maneras de acrisolar el alma , como decía . Por eso se le ocurrieron los Baños del Espíritu , agua caliente y especias aromáticas que , según nos decía , con el mero roce del cuerpo santificado se transformaban en agua helada y martirizadora , la propia del autocastigo de los justos . Y al contarlo , sonreía desde su humildad . Yo , pecadora como soy , tocaba el agua y la sentía caliente y agradable . Y al decírselo , me argüía : “¿ Ves cómo tu naturaleza traicionera te impide comprobar el suplicio de la afrenta física ?”. Para ayudarse en sus dádivas , patentó mi señora los Baños de Pureza , de enorme demanda entre los poderosos . Pagaban sin chistar las cantidades que se les pedían ( dinero que de seguro fue a los humildes ), y , con aflicción alborozada , juraban sufrir el mayor y el más reconfortante de los rigores , y casi levitaban relatando sus padecimientos místicos . Y los resultados fueron tales que todavía hoy , a diez años de la extinción física de mi señora , florece la cadena de establecimientos dedicada a los Baños de Pureza María Dolores , merecido tributo a su desprendimiento .