Agenda Cultural UdeA - Año 2010 DICIEMBRE | Page 31

ISBN 0124-0854
N º 172 Diciembre de 2010 himnos , compuestos en la quietud del claustro , sustraídos de su casa por manos impías , son ahora melodías triunfales en cantinas y cabarets ).
Troco pues la feliz condición de amigo por la de recolector de testimonios sobre una existencia maravillosa pródiga en hazañas de la Fe .
Su confesor Fue discreta como un ave . Predicó la paz en un siglo convulso . No conoció un mal pensamiento . Dulce y desprejuiciada , María Dolores extendía sus rezos como parvadas , y vivía en continua transferencia : le adjudicaba a unos pajarillos las voces del Señor , o a un sermón arzobispal el trino de un gorrión . No tuvo una mala palabra para con nadie , fue armoniosa al revés y al derecho . Si escogió a sus amigas íntimas entre las mujeres más ricas de la ciudad , lo hizo al abrigo de una certeza : las pobres se frecuentan entre sí , pero las ricas viven en soledad atroz . Si encabezó cruzadas contra los herejes , no lo hizo por sed alguna de sangre , sino para hurtarlos del pecado . “ Los prefiero unas horas en las prisiones del siglo que una eternidad en las llamas sin misericordia ”.
Su hermana A mi inolvidable María , Dios le concedió todo , menos el goce de la maternidad , y para ello preservó su pureza en circunstancias trágicas . La víspera de su boda , Ernesto , su novio , ansioso por complacerla y recabar su amor , aceptó el desafío de María , que le reprochaba sus vacilaciones teologales . Nada de eso , replicó Ernesto , excitado su celo piadoso , él confiaba en la protección divina y entraría en un foso de víboras sólo auxiliado por el ungüento bendito y muchos rezos … Al
regreso del funeral , la joven viuda ya sólo quiso para sí la devoción .
Una adelantada de su beatificación ¡ Cómo reverberan sus anécdotas ! ¡ Y cómo sus anécdotas se vuelven caminos de edificación ! Un relato nos estremece sobremanera y no cesamos de contarlo , aquella vez , en la etapa más ardorosa de su proselitismo , cuando persuadió a un grupo de bienaventuradas , frecuentadoras de su magisterio , a regocijarse en las tribulaciones . Así sean amores , las obras son limitadas , les afirmó , y convienen dosis severas de mortificación . Al oírla , algunas se resistieron , alegando ya cosa del pasado a los azotes y llagas que restauran el alma . “ Más bien ”, le replicaban a María Dolores , “ es tiempo de crear infraestructura hospitalaria , de invertir en empresas filantrópicas con alta rentabilidad .” María Dolores las veía con paciencia y dulzura , y las exhortaba de nuevo . Y al cabo de un cúmulo de ejercicios espirituales , tanto insistió María Dolores en los gozos del padecimiento de la carne , que su elocuencia trasportó a las convocadas , ya reacias a privaciones menores , y deseosas de grabarse en el pecho — con pencas de maguey — tres letras de homenaje ( de dolor y loor ) a JHS , Jesucristo , el Salvador de los Hombres . A instancias de María Dolores , cada una optó por hacerlo a solas .
Al día siguiente del cumplimiento del pacto , se reunieron a intercambiar éxtasis . Desdichadamente , casi todas sólo se expresaban con gritos y sollozos , y las enfermeras y los médicos que las custodiaban no conseguían calmarlas . María Dolores , en cambio , serena , impávida , les mostró su pecho terso a las llorosas y ensangrentadas fieles . “¿ Ven ? Por más que hice , por más que profundicé en el trazo de las letras , el