ISBN 0124-0854
N º 168 Agosto de 2010
Por eso, no se puede clasificar a todos los centros comerciales como edificaciones aisladas, a la manera norteamericana, a pesar de que muchas de estas macroestructuras urbanas, más interesadas en la rentabilidad económica, le dieron la espalda a la ciudad. Algunos centros comerciales fueron planteados desde sus inicios como generadores de nuevos desarrollos urbanos, pues fueron levantados en áreas que se encontraban aún sin urbanizar; otros se concibieron en zonas limítrofes de áreas ya urbanizadas y lotes vacantes; unos más implicaron la demolición de las construcciones preexistentes e iniciaron así un nuevo proyecto; y otros reciclaron la arquitectura previa para generar un nuevo espacio. En cada una de esas posibilidades, hubo aciertos y desaciertos en la manera de insertarse en la ciudad, que incluían desequilibrios entre buen urbanismo y mala arquitectura o, en su defecto, entre pésima arquitectura y adecuada concepción urbana.
En general, se puede decir que varios proyectos intentaron insertarse adecuadamente en la ciudad y constituirse como ejemplos de arquitectura urbana, apartándose así del modelo propuesto por Unicentro, el mismo que, a pesar de la glorificación inicial por parte del gremio de arquitectos, mostró sus pocas bondades con la ciudad, como su autarquía e introversión, la convencionalidad arquitectónica y la ficcionalización de la calle y la plaza que se buscaban rememorar y recrear. Así como el
modelo Unicentro fue trasladado a otras ciudades de Colombia, con el mismo nombre y los mismos promotores y constructores, y con los consiguientes efectos negativos por su condición insular y netamente comercial, 3 otro tipo de proyectos empezaron a plantearse, y, sin dejar lo netamente comercial, buscaron relacionarse de mejor manera con el entorno, ya fuera tratando de integrarse espacialmente a la ciudad, o de mimetizarse a partir de los lenguajes usados, como fueron los casos del centro comercial Belalcázar, en Pasto, o el New Point Plaza, en la isla de San Andrés.
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Independientemente de la calidad arquitectónica y urbanística, además de las críticas en cuanto a ser concebidos y tratar de convertirlos en sucedáneos del espacio público, los centros comerciales se impusieron en las distintas ciudades del país, en especial entre finales del siglo XX y principios del XXI, lo que coincidió con los procesos económicos y
3 Unicentro se reprodujo primero en Cali y Medellín, y luego en Cúcuta, Tunja, Villavicencio, Ibagué, Pereira y, el más reciente, Pasto. También se puede ver este modelo en el centro comercial Cañaveral, de la promotora Puyana y Cía., en las afueras de Bucaramanga, igualmente ejecutado en los años ochenta. El esquema es el mismo, pues se ubica en una manzana aislada por vías rápidas; en dos de sus costados se encuentran las zonas de parqueo y un edificio de dos pisos con sótano; y en el interior, dos calles galería en cruz, con locales comerciales, un cinema y un área de juegos infantiles.