Agenda Cultural UdeA - Año 2010 AGOSTO | Page 11

ISBN 0124-0854
N º 168 Agosto de 2010
Sin embargo, es claro que las ciudades no son los sistemas sino las personas que las habitan, y por eso resulta fundamental preocuparse para que posean una adecuada infraestructura de vivienda, calles, plazas y espacios y edificios públicos que incrementen la inclusión y la integración social. Este aspecto resulta crítico en la forma como las sociedades urbanas llegan a compenetrarse entre sí, o a exacerbar sus diferencias entre grupos sociales y étnicos provenientes de diversos entornos económicos. No hay que olvidar por ello que cuando se habla de ciudad nos referimos a la colaboración y a la necesidad tan humana de congregarse, para cristalizar así uno de los mayores logros de la civilización. También se alude a la robustez que les permite sobrevivir a las guerras, las epidemias, la caída de imperios, la desaparición de reyes y dioses y, como el cuerpo humano sometido al paso del tiempo, termina también por concentrar problemas: congestión, polución, violencia e inequidad. Por ello, quizá, las ciudades tienen la capacidad de seducirnos y repelernos simultáneamente. Pero, al mismo tiempo, al reunir tantas personas en un mismo lugar, encierran la capacidad de ofrecer innovación y adaptación.
En este sentido, y como lo anota el profesor de estudios urbanos de la Universidad de Londres, Richard Burdett, desde la década pasada distintas ciudades situadas en Latinoamérica, Asia y Estados Unidos han desarrollado soluciones creativas con las que han logrado hacerlas más
limpias, seguras y equitativas. Urbes como Nueva Delhi( India) han reemplazado su vetusto sistema de autobuses movidos por diesel, por otros propulsados por gas natural, y han reducido drásticamente los niveles de polución. Copenhague( Dinamarca) y Seattle( Estados Unidos) han logrado que una buena parte de su población vuelva a vivir en sus centros urbanos, al tiempo que han promovido sistemas de transporte más ecológicos que han mejorado la calidad de vida 1. En el mismo período, algunas ciudades colombianas no han sido ajenas a estos fenómenos innovadores e inspiradores implementados en otros continentes y, en muchos aspectos, se han convertido en modelos para seguir y en referencias obligadas.
Desde finales del siglo XX, no solamente Bogotá y Medellín, sino también una serie de ciudades intermedias, como Barranquilla, Armenia, Manizales, Cali, Tunja, Zipaquirá, Pasto, Santa Marta o Montería, e inclusive municipios más pequeños, han experimentado transformaciones urbanas extraordinarias como resultado de políticas y programas urbanísticos, educativos, sociales y culturales altamente innovadores, y muchas veces de un liderazgo ejemplar de sus alcaldes, en el contexto de políticas públicas nacionales.
1 Burdett, Richard,“ Heart of the City”, en The future of Cities, separata dominical, Londres, Financial Times, abril 7 de 2010, p, 10.