Agenda Cultural UdeA - Año 2010 ABRIL | 页面 12

ISBN 0124-0854
N º 164 Abril de 2010
Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto lame.
1939, el comienzo del fin, presentimiento y despedida, visión anticipada del futuro negado, nostalgia taladrante del pasado, aunque aciago; prisión vacía, casa pintada, canción última:“ Pintada, no vacía: / pintada está mi casa / del color de las grandes / pasiones y desgracias. // Regresará del llanto / adonde fue llevada / con su desierta mesa / con su ruinosa cama. // Florecerán los besos / sobre las almohadas. / Y en torno de los cuerpos / elevará la sábana / su intensa enredadera / nocturna, perfumada. // El odio se amortigua / detrás de la ventana. // Será la garra suave. // Dejadme la esperanza”. 1939, ya Manuel Ramón se ha ido; ha llegado Manuel Miguel, pero no quiere comer, más bien, no hay qué darle de comer. Josefina, en su huerto, sólo produce cebollas:“ La cebolla es escarcha / cerrada y pobre: / escarcha de tus días / y de mis noches. / Hambre y cebolla: / hielo negro y escarcha / grande y redonda. // En la cuna del hambre / mi niño estaba. / Con sangre de cebolla / se amamantaba. / Pero tu sangre, / escarchada de
Vicente Alexaindre y Luis Cernuda
azúcar, / cebolla y hambre”. Manuel Miguel, que no se muera, único consuelo en medio de tanta pena, mera garantía del porvenir esquivo:“(…) // Alondra de mi casa, / ríete mucho. / Es tu risa en tus ojos / la luz del mundo. / Ríete tanto / que en el alma, al oírte, /