Agenda Cultural UdeA - Año 2009 SEPTIEMBRE | Page 30

ISBN 0124-0854
N º 158 Septiembre de 2009
Pues la regla de la seducción es precisamente el secreto , y el secreto es el de la regla fundamental 11 . En todos los órdenes culturales , afirmar de algo que es teatral implica una mirada consciente que hace visible los códigos exteriores que están siendo empleados . La realidad es desvelada como un juego de representaciones y su sentido ulterior queda cuestionado . Pongamos que una persona está en un restaurante y mira fijamente a una pareja sentada en la mesa de al lado discutiendo acaloradamente . De pronto , el hombre tiene la sensación de que esa situación es muy teatral , que ya la conoce , que los códigos le son familiares . Esto se produce porque su mirada es capaz de detectar tras los gestos , movimientos y entonaciones que le llegan de esa pareja , un determinado código con el que se construye un sentido determinado , como la forma de vestir y el maquillaje del travestido construyen la feminidad ; pero sabemos que detrás de ese acto de representación redoblado sobre sí mismo , hay un límite , detrás del cual se esconde un vacío , que se adivina , pero no se significa , y que tratamos de cubrir desplegando en superficie esa representación . La pareja del restaurante , en principio , no está haciendo teatro , no está representando ( aunque inevitablemente no pueden prescindir de la imagen exterior que ofrece cada uno de ellos en ese acto de enfrentamiento con el otro , con el propósito de convencerle , que es una discusión ), pero la mirada del hombre es capaz de percibirlo como si así fuera . Esta mirada teatralizante delimita un espacio y un tiempo precisos , en los que tiene lugar esa acción , descubierta en su proceso de puesta en escena .
Este es el procedimiento característico que implica la operación de la teatralidad , la potenciación de la exterioridad material de una situación dada en un espacio y un tiempo determinados . Esta operación tiene un efecto de vaciado de esos signos que se han subrayado . Al extraerlos de su contexto real , los signos quedan vacíos de su significado contingente y dispuestos a su utilización en un plano simbólico . Por este motivo , más allá de aquel espesor de signos al que se refirió Barthes , y que recogido en el diccionario de Patrice Pavis adquirió enorme difusión , el teórico francés continúa su pensamiento sobre la teatralidad refiriéndose a esta como una operación final necesaria para fundar un nuevo lenguaje : “ Il faut en effet pour fonder jusqu ´ au