Agenda Cultural UdeA - Año 2009 SEPTIEMBRE | Page 28

ISBN 0124-0854
N º 158 Septiembre de 2009
Lo fundamental en la dinámica de la teatralidad es el sistema de tensiones generado por esta distancia de teatralidad que se abre entre lo que uno ve , por un lado , y lo que uno percibe como escondido detrás de lo que está viendo , por otro .
Se delimitan así dos campos : el campo de lo que se ve , de lo que se representa , de lo que es visible y está desplegado en la superficie , y el campo de lo que queda oculto , de lo que no se ve , pero se intuye . Es una superficie contra la que choca la mirada , levantada en función de esta , pero detrás de la cual se adivina una dimensión en profundidad . Entre ambas regiones se establece esta distancia de teatralidad , que articula el vacío abierto entre estos dos campos . En este espacio funciona la teatralidad , producida por un sistema de tensiones entre un campo y el otro , y este espacio solo puede ser construido — descubierto — por la mirada del otro , manifestándose en la medida en que está teniendo lugar la representación , que lo hace visible .
El mecanismo semiótico de la representación se desarrolla en el espacio de lo visible , ahí se sitúan los significantes y los significados . Conviene , por tanto , no confundir el espacio oculto con el espacio significante , por un lado , y el espacio de superficie con el de los significados , por otro ; es decir , el hombre no es el significante del ser-mujer , o al revés , sino que los signos de la feminidad están construidos todos ellos ya en el espacio del ser-mujer , de la superficie de lo visible , y es este ejercicio de construcción mediante el atuendo , el maquillaje , el peinado , etcétera , el que se acentúa para potenciar la teatralidad . La distancia abierta entre ese ser-hombre ( que aparentemente se oculta ) hasta el ser-mujer ( que se muestra ) es la que permite iluminar el proceso de representación que está teniendo lugar . De este modo , la teatralidad saca la representación a la superficie , pero la verdad de esta no coincide con la verdad de la teatralidad . La verdad semiótica de la primera representación ( el ser-mujer ) queda desvelada como un engaño al lado de la verdad performativa de la teatralidad . Su verdad es su ser como juego , fingimiento y disimulo , y su realidad no es