Agenda Cultural UdeA - Año 2009 OCTUBRE | Page 14

ISBN 0124-0854
N º 159 Octubre de 2009
Alexander de quien admiré el arrojo , la sonrisa encantadora , las maneras exquisitas con que emprendía la conquista ; de Francisco José en cambio , me sedujo su total falta de experiencia .
El día que le comunicó al astrónomo que no le llevaría a Perú y en su lugar viajaría con nosotros Carlos Montúfar , me defraudó el prusiano y quise vengar el abrupto cambio de planes que dejó al criollo desolado . Por eso fui a esperarlo al jardín con la intención de consolarlo . En ese momento resolví quedarme en Santa Fe y abandonar a los viajeros de quienes ya sólo me unía un amargo resentimiento . Pensaba en ello cuando vi pasar al astrónomo con el rostro contraído por la ira y los puños prendidos a las solapas en un gesto de impotencia que le era frecuente . No me miró y yo tampoco me atreví a hablarle . El astrónomo me consideraba propiedad del prusiano y acaso cómplice de sus decisiones . Se encerró en el Observatorio tirando la puerta con fuerza . Me senté en la banca debajo del árbol de quina donde acostumbraba Mutis escribir sus observaciones sobre las plantas , atenta a las ventanas del Observatorio . Cansada de la espera me acerqué a la puerta y golpeé primero con suavidad , luego más fuerte . Francisco José no quiso abrirme . Di la vuelta ceñida a los muros del Observatorio tratando de escuchar algún ruido y percibí un quejido . Observé que nadie estaba atento en la casa de lo que sucedía , no había criada espiando así que decidí hablar sin temor . Me erguí dejando que las palabras se colaran a través de los barrotes de la ventana :
—¿ Qué tiene , cheri ? ¿ Creyó que el prusiano lo llevaría y compartiría con usted la gloria ? No le hace falta , créame que aquí en la Nueva Granada a usted le reconocerán su genio .
¿ Qué más podía decirle a este criollo ilustrado que se quejaba de no poder brillar con la luz de los europeos , a quien le faltaban instrumentos , libros y más reconocimiento ? Ya le había escuchado comentar en voz baja con los pintores de láminas que el pequeño salario que recibía no le permitía siquiera cambiar su levita y mantener sin sobresaltos los gastos del tabaco .