Agenda Cultural UdeA - Año 2009 NOVIEMBRE | Page 24

ISBN 0124-0854
N º 160 Noviembre 2009
Violeta comenzó a recordar la última vez que sintió el olor de su madre . Aquella tarde de junio la familia , compelida por la hambruna que trajo consigo el crudo invierno , se adentró en el bosque con la esperanza de encontrar frutos silvestres para preparar la cena . Isaac y Violeta perdieron el rastro de sus padres y al caer la noche , completamente agotados de tanto divagar , zollipar y gritar sus nombres , comenzaron a buscar un lugar que los resguardara de lobos que se hacían pasar por abuelitas , de brujas antropófagas que encontraban en los niños gordos su plato más apetecido , y de duendes con nombres impronunciables . Fue así como descubrieron el globo , y en su desesperación , el enorme cesto les pareció choza , la bolsa de aire cortinas , los quemadores una extraña estufa , y se figuraron , además , que las ramas dispuestas por el capitán para esconder la nave no podían ser otra cosa que el techo . Cansados y famélicos se envolvieron en el abrigo que la madre , minutos antes de que se extraviaran , le había puesto a Violeta para protegerla del frío , y de esta manera se quedaron profundamente dormidos .
Al amanecer , Isaac notó algo en uno de los bolsillos del gabán . Metió su mano en él y extrajo el primer tomo de aquella obra maestra de la literatura que su madre les leía cada noche antes de ir a la cama , convencida , tal vez , de que el Ingenioso Hidalgo mantendría a raya cualquier pesadilla que pudiera acecharlos . Cuando Violeta despertó y vio a su hermano ojeando el libro que tanto amaba , quiso arrebatárselo para comenzar a leerlo . Bueno , debemos aclarar que , aunque la niña solo reconocía las vocales y una que otra consonante , su excelente memoria le permitía declamar , sin titubeos , todo el primer capítulo de la obra . El hallazgo los hizo olvidar por un momento de su terrible situación : estaban perdidos en un bosque plagado de riesgos .
Violeta recitaba con su dulce voz la primera frase de Don Quijote , e Isaac se disponía a escuchar nuevamente el relato , cuando el capitán Gregorio comenzó a retirar las ramas que camuflaban el globo . Los niños , sin saber qué estaba pasando , se abrazaron y se hundieron en el abrigo que los cubría . El militar encendió la máquina y la bolsa de aire se desplegó rápidamente levantando la nave . Isaac apretó a su hermana para