ISBN 0124-0854
N º 160 Noviembre 2009
poco a poco se arremolinaban alrededor de la prisión . Pero cuando dos pelotones de infantería y algunos burgueses , que arrastraron hasta su portón principal cinco cañones de artillería , se sumaron a los insurrectos , el gobernador de La Bastilla , Bernard-René Jordan de Launay , no tuvo otra opción que capitular : ordenó a su tropa que bajara el puente levadizo y cedió a las exigencias del pueblo que ingresó a la cárcel y se apoderó de miles de armas y de toneladas de pólvora .
Sin embargo , la jornada no concluyó con esto . Los revolucionarios , después de acribillar a los soldados que custodiaban La Bastilla , comenzaron a demoler la prisión , con tal energía que hasta sus pies , manos y dientes , fueron empleados en ello . El gobernador Launay solicitó desesperadamente que se le respetara la vida , pero mientras era trasladado al Hotel de Ville para ser juzgado , el pueblo , al ver por el suelo a cerca de un centenar de compañeros muertos , y a otros tantos heridos , debido al fuego hecho por la guardia , comenzó a asestarle fuertes golpes por la espalda y a lastimarle con las puntas de incontables cuchillos . Cuando cayó muerto , el cuerpo recibió tal descarga de piedras que prácticamente todos sus huesos fueron pulverizados . Un habitante del barrio de Saint-Antoine “ tan cerca de él se encontraba que , al verle caer , animándose de pronto , puso su pie sobre el cuello del muerto y con su afilado cuchillo le cortó la cabeza ”; luego le clavaron una pica , y la cabeza fue paseada por las calles en medio de una procesión delirante que danzaba y cantaba . Se inauguraba de esta manera la forma de intimidación más macabra de la Revolución Francesa y se sellaba también la primera victoria del pueblo frente a la monarquía . Durante los días siguientes los muros de La Bastilla llovieron sobre París .
Las entrañas de la princesa de Lamballe
La muerte de María Teresa de Saboya-Carignan , más conocida como la princesa de Lamballe por el apellido que adoptara de su esposo Luis Alejandro de Borbón descendiente de Luis XIV , se convirtió para la reacción en prueba incontrovertible de todo lo perverso que podían llegar a hacer los revolucionarios . La destrucción brutal de su belleza se convirtió en un símbolo para la contrarrevolución .