Agenda Cultural UdeA - Año 2009 JULIO | Page 7

ISBN 0124-0854
N º 156 Julio de 2009

Historias de la ciencia

Por : Guillermo Pineda *
Alertada por una llamada de Tomás , el anticuario , Eliza se asoma a la ventana y mira hacia el oriente . Magnífica y resplandeciente , la Luna llena empieza a elevarse sobre las montañas en el cielo despejado , exhibiendo un sugestivo contraste entre la exquisita redondez de su figura y la irregular tonalidad de su piel . A pesar de haber visto el mismo espectáculo en incontables ocasiones , la joven se deja atrapar por su influjo como si fuera la primera vez . Su pensamiento la lleva a imaginarse la emoción que debió embargar a Galileo en la primera ocasión que dirigió su primitivo telescopio hacia nuestro más cercano vecino astronómico , para descubrir algo que muy probablemente ya sospechaba : la rugosa textura de su superficie −resuelta gracias al aumento del aparato óptico− tiene más en común con una zona desértica y montañosa de la Tierra que con el mítico e impoluto bruñido de los cuerpos celestes . Luego de un rato de disfrutar del sideral espectáculo Eliza tomó el teléfono y llamó a Tomás :
Tomás : Aló .
Eliza : ¡ Quihubo Tomás !, con Eliza .
Tomás : ¿ Cómo te pareció la vista ?
Eliza : Increíble , no es difícil adivinar por qué tantos poetas se han inspirado en ella para cantar sus amores y sus desamores .
Tomás : Ni por qué Galileo quedó tan fascinado después de apreciarla en toda su terrenalidad .
Eliza : En eso estaba pensando ; imaginate que acabo de terminar de leer la primera jornada de los Diálogos , y le dedican mucho espacio a la Luna .
Tomás : Ese pasaje es maravilloso , tenemos que comentarlo .
Eliza : Mañana por la tarde , cuando salga de la universidad , te voy a hacer la visita al “ Antiquarium ” para
que conversemos .