Agenda Cultural UdeA - Año 2009 JULIO | Page 19

ISBN 0124-0854
N º 156 Julio de 2009
Pienso en las figuras y en las ecuaciones que anuncian el orden preciso del mundo y no creo en un Dios que diseña un universo que sólo se parece a lo que dicen los Libros. Siento más bien un Dios cuya escritura está en su creación. Por lo que creo, quizás sean necesarias las hogueras …
No soy yo, es el universo el hereje; es el universo el que no sigue las frases de las Escrituras; el que no se conforma, en su recóndita estructura, con los sagrados libros a los que he pedido reinterpretar. Les he dicho a los doctos que el Libro no enseña cómo es cielo sino sólo cómo ir a él … y mi frase ha sonado a ácida burla. Les he pedido mirar el mundo desde el delicado cuidado de mis experimentos, desde mi método venido de Arquímedes, con el que solo quiero pensar, experimentar, entender; no imponer, pero sí convencer. Y he visto en sus respuestas que la fuerza de mis argumentos, que creo sutiles y poderosos, es para ellos desconocida.
El cardenal Bellarmino envía a menudo sus guardias al palacio de Trinità dei Monti, sede de la embajada toscana donde Cósimo di Medici dispuso mi alojamiento, para que me acompañen a visitarlo. Como en otras ocasiones, en una larga conversación perentoria me ha advertido que la verdad no se consigue con observar el mundo, porque él ya está escrito por la divinidad; y ante las nuevas reglas precisas que le propongo, novedoso lenguaje del mundo, antepone la palabra de Dios, el buen Bellarmino.
Humilde siervo soy de la Iglesia, y sé que la debilidad de mi vejez habrá de quebrantarme. He sido siempre joven y fuerte sólo con las ideas.
***
Pero ahora el tribunal ha decidido cuáles son mis pecados y cuál su expiación, y ha confirmado su idea de que mi ciencia es sospechosa de herejía. Habrá entonces en mis últimos años una pequeña paz sólo si renuncio a las ideas a las que me llevó mi arduo trabajo. Soy viejo y no tengo las fuerzas que el dolor exige para sostener una idea.
Un documento que tengo ahora en mis manos, el punto final de mi proceso, declara que creo que los
cielos se mueven según mis jueces lo legislan. De rodillas asentiré, besaré sus anillos, y con la ayuda de