Agenda Cultural UdeA - Año 2009 JULIO | Page 16

ISBN 0124-0854
N º 156 Julio de 2009
Pienso en Hiparco y Ptolomeo , en las intuidas armonías que nos vienen desde épocas lejanas , en la pausada y a veces ominosa magia de mis días ; en los pasajeros tormentos que vienen con las noches de cielo sin estrellas que hacen imposibles mis medidas ; en mi desazón frente a la infinitud del cielo , la que no sé si viene de la vastedad de los espacios o de la minúscula duración de la vida .
Naufrago ante el alegre calor de un Sol que es el centro de los ritmos planetarios y que , por designios que nos desbordan , orbita alrededor de la Tierra .
Yo , Tyge Ottesen Brahe , que he mutado mi nombre en Tycho , he nacido en Dinamarca y soy siervo humilde de mi rey Federico II ; a él le he dicho esta noche que el orden de los cielos no obliga a los reyes , tampoco al más humilde de sus siervos ; que los cielos no niegan la libertad de los hombres , ni hacen de sus actos una necesidad , que sólo revelan que somos parte de un designio cifrado y difícil de develar ; le he dicho , con humildad de súbdito y de observador de los cielos , que tan sólo somos parte de un orden que trasciende incluso a los reyes . De un orden que tal vez los hombres no estamos destinados a conocer , porque entenderlo no es quizá destino humano ; que no es posible anticipar el futuro , pero que podemos acoger con humildad las sugerencias que vienen del obstinado esfuerzo de nuestras mentes que , iluminadas por el conocimiento de los astros , quieren adivinar el orden oculto de nuestros actos ; que el estudio de los cielos no nos hace sus dueños , ni otorga nuevos derechos a los reyes .
Le he contado , muy cerca a su oído , lo que para el reino parece anunciar la estrella nueva que vi hace unos años … y el rey ha sido benévolo .
Ha llovido esta noche de fiesta en la que el rey ha venido a mi observatorio , seducido por una tarde que comenzó límpida , a ver en el cielo mis precarios vaticinios , a leer conmigo en las estrellas los mensajes sobre su reino y sus amores . Ante la falta de estrellas , y con inicial disgusto , ha optado por escuchar con atención mis más sutiles y cuidadas palabras .
Y luego le he dicho que no quiero sólo mirar hacia el cielo , pues las tierras y los metales traen secretos que creo ver en la ebullición de los líquidos de las marmitas ante el persistente fuego que con cuidado , allí abajo , mantienen mis ayudantes .