Agenda Cultural UdeA - Año 2009 JULIO | Page 15

ISBN 0124-0854
N º 156 Julio de 2009

La isla encantada

Por: Alonso Sepúlveda *
Tycho Brahe realizó las medidas más precisas de la astronomía pre-telescópica desde su observatorio construido por el rey Federico II en la isla de Hven, perteneciente hoy a Suecia. Además de terrazas de observación, su palacio contaba con un laboratorio de alquimia. El trabajo astronómico de Tycho pretendía una fundamentación precisa de la astrología.
El sentido del orden de nuestros actos, también los más pequeños y olvidables, baja desde el cielo como una lluvia exquisita. Todo en el alto cielo anuncia mi pertenencia a un destino que ignoro; pero solo sé medir, y con ello quisiera imaginar aquel arcano inflexible que comanda nuestra vigilia, nuestros tormentos de la noche.
Hoy, mi rey, en la fiesta interminable y en la efusión de los vinos me ha pedido, poniendo con mundana cortesía su dedo en mi nariz de plata, mis vaticinios sobre batallas que no han sido y sobre sus amores esquivos. En un momento de soberbia me ha exigido hablarle sobre el secreto designio que alienta los instantes del hombre sobre la Tierra. Animado por ebria exaltación, me ha pedido luces sobre el sentido de los reinos del hombre, atados siempre a las inamovibles armonías del cielo.
En las terrazas de Uraniburgo, mi observatorio en la isla de Hven, asaltado con frecuencia por el brillo insolente de los cielos de primavera y por muy serenas y límpidas noches, están plantados los más hermosos y precisos ingenios de mi espíritu y de mis manos, los más sutiles artefactos hechos por los hombres que oficiamos estos menesteres. Artificios apenas, ante el milagro del cielo: cuadrantes, sextantes, esferas armilares …