ISBN 0124-0854
N º 151 Febrero de 2009
Los héroes urbanos: imaginarios culturales y consumo en Medellín
Por: Patricia Cardona *
El héroe urbano
La constitución del héroe urbano pasa por la memoria, es decir, por la evocación permanente que hace un grupo de los hechos acontecidos a algún personaje. Dicha evocación se convierte en forma colectiva de recordar el pasado y de construir vínculos sociales de identificación, generalmente en áreas territoriales restringidas: la calle, la cuadra, el barrio o la manzana. Con palabras de Renato Ortiz: El acto mnemónico, la sinfonía final, es producto de las múltiples acciones de cada agente( músico) particular; dan vida a una dimensión que hasta entonces existía en tanto abstracción. La memoria colectiva genera, por lo tanto, un espacio y un tiempo que manifiestan la“ tradición” de un determinado grupo( Ortiz, 2000, p. 15).
La verdad de los acontecimientos pasados pierde importancia y las versiones orales construyen relatos verosímiles, en los que la veracidad o autenticidad de los hechos pierde relevancia y la cobran los retazos narrados que construyen un tejido creíble colectivamente. Experiencia social y etnográfica que articula al grupo en función de sus tiempos, de sus ritmos, de sus miedos y de elementos socialmente significativos como el lenguaje, la reminiscencia, los afectos y los desafectos; piezas fundamentales de la vida cotidiana y del engranaje que mueve las formas de ver y sentir el mundo.
La memoria colectiva debe enlazarse para que los recuerdos no se pulvericen y lograr, mediante la narración, la construcción de cadenas significativas en términos de una comunidad. Esto es más válido cuando se piensa en los espacios urbanos, proyectados como ideales por los grupos que detentan el poder y que han oficializado su memoria en función del proyecto identitario, lo cual significa que la memoria colectiva se ha impuesto como unidad, en la que se narran ciertos hitos erigidos como modelos sociales.