Agenda Cultural UdeA - Año 2009 DICIEMBRE | Page 23

ISBN 0124-0854
N º 161 Diciembre 2009
—¿ Dónde está ? —¿ La casa ? No muy lejos . — No , la casa no . La nieve . —¿ Qué nieve ? — Creía que habría un montón de nieve . Me miró con extrañeza , pero acabó por reír .
— Nunca ha nevado en Nueva Orleans . Al menos nunca que yo sepa . Pero escucha : ¿ oyes ese trueno ? Seguro que va a llover .
No sé qué es lo que más me asustaba , si el trueno , los fulminantes rayos que lo seguían o mi padre . Aquella noche , al acostarme , seguía lloviendo . Recité mis oraciones y recé para estar pronto de vuelta a casa con Sook . No sabía cómo iba a poder dormirme sin que ella me diera el beso de las buenas noches . Lo cierto es que no conseguía dormirme , de modo que me puse a pensar en lo que iba a traerme Papá Noel . Quería un cuchillo con el mango de nácar . Y un gran rompecabezas . Un sombrero de cow-boy con un lazo de rodeo . Un rifle BB para matar gorriones . ( Años más tarde , tuve una escopeta BB con la que maté un sinsonte y un mirlo , y jamás he podido olvidar cuánto lo sentí y cuánta pena me dio ; nunca volví a matar otra cosa , y todos los peces que pesqué los devolví al agua .) También quería una caja de lápices . Y , más que cualquier otra cosa , una radio , pero sabía que era imposible : no conocía ni a diez personas que tuvieran radio . Recordarán que era la época de la Depresión , y en el profundo Sur eran escasas las casas que tuvieran radio o refrigerador .
Mi padre tenía las dos cosas . Parecía tenerlo todo : un coche con el asiento trasero descubierto , por no hablar de una casita color rosa en el barrio Francés , con balcones de hierro forjado y un patio interior ajardinado , lleno de flores y refrescado por una fuente en forma de sirena . También tenía media docena , por no decir toda una docena , de amigas . Al igual que mi madre , mi padre no había vuelto a casarse ; pero los dos tenían admiradores asiduos , y , quisiéranlo o no , antes o después recorrieron el camino del altar ; en realidad , mi padre lo recorrió seis veces .
Pueden , pues , comprobar que tenía un gran encanto ; y , de hecho , parecía seducir a la mayoría de la gente , a todos , menos a mí . Eso era lo que me azaraba tanto , siempre arrastrándome de aquí para allá para que conociera a sus amigos , a todos , desde el banquero hasta el barbero que le afeitaba cada día . Y , naturalmente , a todas sus amigas . Y lo que es peor : se pasaba el tiempo besándome , achuchándome y presumiendo de mí . ¡ Me sentía tan avergonzado ! Primero , no había nada de qué presumir . Yo era un auténtico chico de campo . Creía en Jesús y rezaba concienzudamente mis oraciones . Estaba convencido de que existía Papá Noel . Y , en mi casa de Alabama , excepto para ir a la iglesia , nunca llevaba zapatos , ni en invierno ni en verano .