Agenda Cultural UdeA - Año 2009 AGOSTO | Page 5

ISBN 0124-0854
N º 157 Agosto de 2009
conseguir algo mejor, la respuesta fue que con el que teníamos bastaba, pues a un filósofo solo le servía el computador para elaborar textos escritos y nos encontrábamos ante una máquina que sí era importante para quienes trabajaban en el campo de las ciencias exactas, que requerían instrumentos de cálculo complejos.
Este ejemplo muestra a las claras la muy limitada percepción de las posibilidades de la computación en campos como la literatura, las ciencias humanas y la investigación humanística. Y también aquí nos hallábamos frente a un caso de miopía, de incapacidad de captar el fenómeno central de la digitalización de todo, pues no solo los números de los matemáticos caían bajo el ámbito de lo digital que irrumpía en nuestro mundo.
Es evidente que el desarrollo de la técnica mostró, con una velocidad pasmosa, lo equivocados que estábamos y hoy, a escasos veinte años de aquella época inconcebible, no hay una sola persona del medio académico para quien estos instrumentos no se hayan convertido en una de las herramientas fundamentales de su labor.
Claro está que lo académico ha girado siempre, y sigue girando hoy, en torno a lo escrito, ya se trate de libros, de revistas o de documentos impresos. Con todo, el notable cambio de los últimos veinte años ha hecho que también este mundo de los libros y publicaciones haya sido objeto de la invasión digital, con vigor inusitado y consecuencias aún insospechadas. Y a este punto vamos a dirigir nuestra atención:
El futuro del libro: del viejo libro artesanal unidimensional al digital de múltiples dimensiones
Hoy, evidentemente, seguimos publicando, vendiendo y leyendo libros y revistas, y hemos desarrollado tecnologías de un grado único de sofisticación para alcanzar ediciones muy rápidas, bellas y económicas. Cada vez más a menudo, sin embargo, acudimos al computador y a la Internet en relación con nuestra lectura; los grandes periódicos, así como buena parte de las publicaciones seriadas, han ido emigrando lentamente a la Internet y hay en desarrollo un proyecto de digitalización de los libros de todas las grandes bibliotecas, a fin de que sea posible consultarlos online( lo que evidentemente ocurrirá solamente cuando por fin haya llegado el momento de solucionar el problema de los derechos de autor, que no permiten, hoy por hoy, un acceso libre a estas grandes bibliotecas digitales; pero se trata de un problema de carácter eminentemente práctico y jurídico, que con toda seguridad acabará por resolverse). Las búsquedas de información se realizan, en un porcentaje cada vez más intenso, mediante el uso de la red; las enciclopedias prácticamente pasaron a la historia, con excepción de aquellas con presencia online; un número considerable de revistas científicas se encuentra ya online y las bases de datos para conseguir información sobre el desarrollo de la investigación en cualquiera de los campos del saber se hallan también online. Además, comienza a popularizarse el libro electrónico o digital, en diferentes formatos.