Agenda Cultural UdeA - Año 2009 AGOSTO | Page 3

ISBN 0124-0854
N º 157 Agosto de 2009
manejo del tiempo y del espacio, unidas al desarrollo de la animación por software, y llegó una pléyade de músicos que empezaron, quien más quien menos, a valerse de estos medios( Madonna, Shakira, etc.), pero fue Michael Jackson, el pequeño de los antiguos Jackson Five, quien logró alcanzar esa expresión— más que expresión, esa explosión musical sin precedentes—, que retomó todos estos elementos, para realizar una obra total que creaba nuevos mundos mediante la destrucción de nuestro espacio— tiempo y el juego sin medida de luces, montaje, ritmo y baile, aprovechando hasta su límite las posibilidades de la expresión humana. Cuando este hombre, que había logrado semejante hazaña, murió en momentos en que nadie lo esperaba, la humanidad comprendió el fenómeno tan excepcional que representaba. Y ésta es la explicación del montaje impresionante en que se convirtió la ceremonia del funeral. No pudo realizar la gira artística que tenía proyectada, pero la remplazó por ésta, su última obra de arte, la ceremonia definitiva de su vida.
Estas consideraciones sobre Michael Jackson, según veremos, se van a convertir en una analogía enriquecedora, que nos va a ayudar a comprender el posible papel futuro del libro: no el de aquel que nos acompañó y guió en nuestro pasado, sino el de la era digital.
El caso de Sergio y el hipervínculo
Dos ejemplos de los 80:
Para avanzar en nuestra reflexión convendrá acudir a dos ejemplos de fines de los años ochenta y comienzos de los noventa; dos ejemplos de nuestro más cercano entorno de la ciudad de Medellín. Al primero lo llamaremos el caso de Sergio y al segundo, la inútil búsqueda de un pc para los filósofos.
El caso de Sergio:
Sergio era un estudiante de sistemas de una de las universidades de Medellín. Buscaba un tema para el trabajo de grado. En aquel entonces( comienzos de los noventa), trabajábamos en un proyecto sobre la aplicación del computador al análisis lingüístico— la primera versión del programa Cratilo, que se desarrollaba bajo la guía creadora del profesor Jorge Antonio Mejía, del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia—. En las discusiones que hacíamos en torno al programa, salía a relucir a veces el concepto de hipertexto. Sin comprender aún la trascendencia que éste habría de adquirir en los años siguientes, pues la incipiente Internet carecía aún de cualquier presencia entre nosotros, tuve una conversación con Sergio en la que le sugerí que éste podría resultar un buen tema para su trabajo de grado. Al joven le gustó la idea y emprendió la búsqueda, en su universidad, de un profesor que se interesara en dirigir el trabajo. Sergio no alcanzaba a ver las posibles aplicaciones concretas del asunto, pero vislumbraba en él un futuro de posibilidades inquietantes. Pero el joven estudiante de sistemas no encontró, entre sus profesores, a ninguno a quien le hubiera parecido que valía la pena realizar un