ISBN 0124-0854
N º 148 Octubre 2008 estudiarse a sí misma , convertirse desde ya en un objeto de conocimiento legítimo , válido y necesario , una tarea que estamos en mora de asumir . Este es , ni más ni menos , uno de los lugares de convergencia más interesantes que han afloran en este recorrido por las dependencias académicas , y no podía esperarse otra cosa distinta que el entusiasmo constatado respecto a la oportunidad que ofrece el Plan de Cultura como instrumento de gestión para articular y potenciar los esfuerzos que se vienen haciendo en los ámbitos de las reformas curriculares y la proyección de nuevos programas , de la diversificación e integración de temas de investigación , o de importantes asuntos que entremezclan situaciones de bienestar , comunicación y presencia de las profesiones en el mundo de afuera .
El Consejo Superior Universitario en el Acuerdo Superior 332 que adopta el Plan de Desarrollo 2006-2016 , reconoció y acentuó la razón de ser de la universidad como una misión “ indisolublemente ligada al destino y proyecto de las sociedades y a su cultura ”. Ahí está la clave de la pertinencia de la Universidad , la de “ leerse ” en esa diversidad y ser faro de sentido para su comunidad inmediata y brújula para la región y la nación . En tal perspectiva , el Acuerdo reafirma que “ la Universidad como institución educativa tiene el papel indelegable de contribuir al conocimiento ,
reconocimiento , transmisión y valoración de las distintas culturas , y a la transformación de sus contenidos y significaciones ”. Estos retos deben ser claramente entendidos y asumidos colectivamente por cada dependencia , por cada grupo de trabajo y de investigación , e individualmente por todas las personas que confluimos en esta constelación de disciplinas , saberes y expresiones creativas que cobra vida todos los días bajo el caleidoscopio de manifestaciones y prácticas que hacen de cada jornada una ebullición que materializa la imagen de ser el centro de conocimiento y el proyecto cultural más importante del departamento de Antioquia .
El Plan de Cultura cae siempre en terreno fértil , pues no obstante la diversidad de orientaciones y la singularidad de los modos de expresión de los diversos campos y disciplinas , la dimensión de la cultura en clave académica , refresca , fortalece y renueva perspectivas y horizontes . El paisaje parece enriquecerse desde esa opción al dar cabida a nuevas preguntas y a otras búsquedas , en especial las que conciernen a los perfiles de ese conglomerado humano llamado “ población ” estudiantil , o “ estamento ” profesoral , “ cuerpo ” directivo , y “ personal ” administrativo . ¿ Qué designamos con estos términos ? ¿ Cómo se articula una política de cultura con el proyecto humanista de una universidad al servicio de las regiones y del país ? ¿ Por qué